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Por motivos diferentes y compartidos, el conductor disputa poder con, al menos, tres pesos pesados. ¿Cómo está actualmente con cada uno?
Amilcar Nani
Nada de Flor de La V, Pampita y las estrellas internacionales que lo dejaron plantado en el Bailando: a Marcelo Tinelli ni lo despeinan esas peleas de fondo que durante el año tuvo en la pantalla de El Trece.
Hoy en día, las peleas del conductor de ShowMatch van por otro carril, otro camino, uno bastante alejado de los gritos y los zafarranchos de su certamen de baile. Actualmente, Tinelli tiene la guardia en alto y trata de pegar fuerte –y hacer lo posible para que no lo tiren a la lona– en el mundo empresarial, en el del fútbol y en el de la política, y el motivo de todos estos frentes de batalla es uno sólo: poder.
Tinelli sabe que ya tiene el apoyo popular, construido a lo largo de 25 años siendo el número 1 de la televisión argentina. Pero el bacalao se corta en otro lado, y El Cabezón quiere ser el que sostenga el cuchillo.
Tinelli y Macri: enemigos íntimos
Las batallas entre el Presidente y el número 1 de la TV fueron supuestamente “por algo” pero que en realidad escondían un motivo de fondo y oculto: el poder en el fútbol.
Tinelli-Macri.
Macri, ex Presidente de Boca, supo construir poder desde las tribunas. De un club a una Ciudad y de una Ciudad al sillón de Rivadavia. Fútbol y política van de la mano desde que once tipos se organizaron para correr detrás de una pelota, y eso lo saben ambos.
Por lo tanto: mientras que Tinelli ridiculizaba a Macri con su parodia en Gran Cuñado, y el Presidente mandaba a su ejército de trolls para que lo ataquen en las redes sociales, la disputa real jamás fue nombrada con todas las letras y la guerra fría entre ambos se disputó por las críticas a la realidad y a la política oficial.
La irrupción de Tinelli en San Lorenzo, el club de sus amores, le dio la base y la espalda para buscar un lugar en un submundo que no estaba ni está acostumbrado a regalar espacio. Y el Cabezón fue claro en sus intenciones: ser Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y ser el nuevo dueño de la pelota.
Este año sí hubo Gran Cuñado.
Más allá de que la paranoia macrista pueda ver en Tinelli a un posible opositor, lo cierto es que el fútbol da Poder y da fuerza de choque. Y con Macri en la Casa Rosada, siempre fue la piedra en el zapato del vice de San Lorenzo.
La gran victoria macrista fue la habilidad de poner en una AFA caótica, en crisis y acéfala a la por momentos infame Comisión Regularizadora, integrada en gran parte por personas de su confianza. Tinelli y los otros grandes contraatacaron con la nunca concretada Superliga.
El último round fue el “uppercut” macrista cuando dio por finalizado el Fútbol Para Todos justo en el momento en que los grandes estaban convencidos que el fútbol argentino era valioso, codiciado y fácil de vender.
Lo cierto es que ninguna oferta para televisar el fútbol local llegó al mínimo de las expectativas y el bochornoso campeonato de 30 equipos que la mismísima AFA aprobó en su momento sin chistar hoy demuestra que transforma en inviable la televisación del mismo (¿quién tiene presupuesto para transmitir 15 partidos por fecha?)
Los frentes internos dentro de AFA
Cuando Tinelli comenzó a pisar fuerte en el mundo del fútbol, sus intereses entraron en directa confrontación con las ambiciones de otro peso pesado de la contemporaneidad argentina: el sindicalista Hugo Moyano.
El líder del gremio de los camioneros y figura fuerte de la CGT llegó a la presidencia de Independiente con la misma intención que tuvo Tinelli a la hora de ponerse el traje de dirigente.
Pero acostumbrado a las batallas sucias y las chicanas elaboradas, Moyano se transformó en un tipo de cuidado para el conductor de ShowMatch, quien siempre tuvo en claro que en la confrontación directa –por fuera de la pantalla de la TV– nunca le sería beneficiosa.
Pablo Moyano con el conductor.
Por eso siempre tuvo cuidado y fue precavido a la hora de responder a las agresiones del arite del camionero, su hijo Pablo, alguien que jamás dudó en decirle de todo a Tinelli cada vez que se le presentaba la oportunidad. El otro “golpeador” era Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de Barracas Central y yerno del ex CGT.
Ambos se presentaron mil batallas, pero como dice el viejo dicho, los problemas comunes hermanan hasta a los más peleados. Tanto Moyano como Tinelli se dieron cuenta que si seguían peleando entre ellos iban a terminar perdiendo espacio ante el otro enemigo en común: Mauricio Macri y el Estado argentino.
Por eso, en octubre de este año, una alianza impensada hasta no hace pocos días atrás, vio finalmente la luz: Pablo Moyano y Marcelo Tinelli abrazados; chancho y amigos como si nada jamás hubiera pasado entre ellos.
El dirigente sindical y actual titular de Independiente negó estar peleado con el conductor televisivo y acusó al Gobierno Nacional y a la FIFA de meterse donde no les corresponde: "Impidieron que la AFA resuelva sus problemas por sí misma", afirmó antes de postular al conductor de ShowMatch como Presidente de AFA. "No estoy mal con él. Y si la mayoría lo decide, yo lo bancaría como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino".
¿Hasta cuándo durará el armisticio?
Ideas del sur: su bastión perdido
Desde que en abril de este año Tinelli se desprendió de las últimas acciones de Ideas del Sur, la productora que fundó en 1996, los hilos de su empresa los comenzó a manejar el grupo Indalo, comandado por los empresarios K Cristóbal López y Fabián de Sousa, dueños de C5N y Radio 10, entre otros medios.
Ideas del Sur.
Pero la relación entre López/De Sousa y Tinelli nunca fue buena: le deben todavía parte de su porcentaje de los 32 millones de dólares en que se vendió Ideas del Sur, hace nueve meses que no cobra su sueldo como conductor ni como director artístico de la productora, le rebotaron el presupuesto para el Bailando 2017, no le atienden el teléfono y le suspenden reuniones.
La relación llegó a un punto tal de tensión que Marcelo, dispuesto a llegar a todo por el todo, amenazó con dejar de ser el conductor emblema de la TV argentina y dar un paso al costado (como cuando se tomó un año sabático, pero esta vez dispuesto a que el “sabatismo” sea más prolongado).
Las cartas parecían dadas, los riesgos claros y los movimientos estudiados, sin embargo Cristóbal López y su socio Fabián de Sousa, quien maneja todos los medios del grupo, hicieron su jugada fuerte: echaron de Ideas del sur a todo el círculo íntimo del conductor, incluido el director de ShowMatch Alejandro Ripoll; su ex, Sol Calabró; y su jefa de prensa y ladera multimediática María Calatayud.
Sin tropa propia, Ideas del Sur ya no es un lugar donde Tinelli se sienta de local.
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