El año del Brexit, la apuesta que cambia rumbos



Incógnitas prácticamente infinitas. Mientras,se protege a bloque
  Ocho años de estancamiento y crisis financiera, el riesgo de Grecia en la eurozona, Rusia y su gran influencia, la guerra en Siria y los ataques terroristas islámicos en París, Bruselas, Niza y Berlín, la marea de la inmigración desde Medio Oriente y África, todos esos son los factores desestabilizadores de la Unión Europea. Pero en 2016 emergió la apuesta del premier británico David Cameron en el referéndum del 23 de junio que plasmó el Brexit, un desvío para la Europa de la unión. En la víspera se decía que en caso de salida del Reino Unido, la UE no sería la misma. La inesperada victoria de la postura en favor de abandonar el bloque ha cambiado la identidad, el sueño de la paz y la prosperidad de los padres fundadores ante un estancamiento económico y político que alimenta el nacionalismo y el euro-escepticismo.

La Unión, que en 2012 había ganado el Premio Nobel de la Paz, con el voto británico no sólo encontró que ya no está en una constante construcción de expansión, sino que lo que fue un sueño ya no lo es. Por primera vez, uno de sus Estados miembros han optado por abandonar la UE. Con consecuencias geopolíticas, antes de la práctica, que habrá que explorar. Con el Brexit y la elección de Donald Trump en la Casa Blanca, Europa que en marzo se celebrará el 60 aniversario del Tratado de Roma -íedra basal de la UE- se enfrenta a la perspectiva de continente marginal sobre el equilibrio mundial entre Estados Unidos, Rusia y China.

El camino del Brexit y sus consecuencias para el Reino Unido y la Unión Europea se han de determinar fehacientemente, a partir de la notificación de artículo 50, que pone en marcha el proceso de "divorcio". La cumbre de diciembre pasado anunció el nombramiento como jefe negociador del francés Michel Barnier y ya se ha indicado un calendario de no más de 15 meses para ese proceso.

Pero las incógnitas son prácticamente infinitas, tanto para la parte británica como para Europa. Además de la posible fuga de los bancos y los fondos de cobertura de suelo británico, también emerge la posibilidad de que Escocia se coloque como un país "pro europeo". Pero también, el Parlamento Europeo ya ha amenazado con vetar el acuerdo final si no participa plenamente en las negociaciones.

Pero 2016 también marcó un gran avance: la primera consecuencia de Brexit fue la repentina aceleración de la integración de la defensa europea. La salida de Londres acabó con el veto histórico británico, y colocó a Francia como el único país del bloque con disuasión nuclear y con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. La nueva "Estrategia global" que Federica Mogherini, la italiana jefa de la diplomacia europea, presentó en la cumbre de la UE celebrada cuatro días después del referéndum británico, se convirtió en documento fundador del único avance en la integración europea este año. En la parte inicial del año, los 28 han discutido un poco de todo. Excepto la idea de comenzar a hacer sinergia en defensa.

Tres pilares: medidas concretas para fortalecer el papel y las competencias de la Agencia Europea de Defensa y la financiación conjunta de los "grupos de combate" para las intervenciones rápidas. También desarrollo de la industria militar y la investigación relacionada con la futura creación de un fondo específico. Y, además, una cooperación más estrecha con la OTAN en siete áreas clave.

El presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, el alemán Elmar Brok, en el informe de fin de año, señaló que si bien "la política del poder" vuelve a dominar la escena internacional, también para la UE "la capacidades de defensa y disuasión son cruciales para poder tener peso". Un tema en el que, incluso el más euro-escéptico, está de acuerdo con Europa.