Cuantos Báez harán falta falta neutralizar la decepción?


La narrativa actual PRO consiste en señalar que se está haciendo un enorme esfuerzo, que genera molestia y dolor en la gente, y que esta amarga medicina debe ser administrada para subsanar los efectos de “la pesada herencia”, y la corrupción, como si los robos al estado movieran la aguja de las cuentas nacionales, algo que no resiste el menor análisis, e intentando instalar el “que devuelvan la plata”.


Mientras tanto dese la oposición más activa e intensa, desde los sectores más cercanos al kirchnerismo, despliegan la narrativa que señala que lo dicho en la campaña, aquello que fue tildado como “campaña del miedo” era verdad, y que las políticas desplegadas por el PRO, están generando un escenario de extrema gravedad, sobre todo en los deciles de la base de la pirámide y en los conurbanos de las principales ciudades.


La narrativa PRO se articula sobre la base de la esperanza en un mega-endeudamiento, que inyectaría fondos a una economía que ya transita una clara recesión del orden de los 2 puntos.


La corrupción es un fenómeno que todos repudiamos, pero que un tipo se robe 20 millones de dólares y otro 50, como dijimos, no mueve la aguja de las cuentas nacionales de un país. Con la instalación de que si los corruptos devuelven la plata salimos, no se pretende anclar en el mediano plazo, solo en el corto, apalancando ese anclaje en la fantasía que en el segundo semestre, “la cosa va a mejorar” con endeudamiento volcado a la obra pública, cual Roosveelt con el New Deal.


La realidad es que toda la región recibió en 2015, 40 mil millones de dólares al 8% promedio. Supongamos que Argentina recibiera la misma cifra, algo que resultaría extraordinario. La Argentina debería usar 20 mil millones para cubrir el déficit comercial, 15 mil para pagarle a los buitres y 5 mil que ya recibió de los bancos a cuenta para pagar, con lo cuál quedaría cero para el plan Roosveleano del PRO.

Si la Argentina recibiera un Plan Marshal, digamos 50 mil millones de dólares, como dijimos, debería utilizar 40 mil para los ítems mencionados y le quedarían 10 mil millones.

Supongamos que esos 10 mil millones fueran usados en su totalidad para volcarlo a obra pública, y ni un centavo para gastos corrientes; de esos 10 mil debería destinar 3 mil para importaciones de insumos y maquinaria para realizar esas obras. Con los 7 mil que le quedarían para volcar lograría construir un 0.2 de aumento de demanda efectiva, que como terapia de la recesión de 2%, no lograría por la dinámica (fuerza) con la que se despliega la recesión restar más de 0,1 de ese 2%.’

Pero además en un escenario de ausencia de controles de precios, ese mini estímulo de demanda desataría otra serie, salarios-precios-devaluación, espiralizando la suba de los precios.


Macri estaría monitoreando los vaivenes del proyecto de doble indemnización por despido con firmes intenciones de vetar lo que salga aprobado, ya sea en forma total o parcial. En esa lógica amarilla, la sanción legislativa le permitiría al Presidente dar una clara señal política de que toma decisiones, en un sentido muy concreto y con un rumbo ideológico determinado. ¿La misma letra de la década menemista un tanto conocida? Puede ser. Pero, como dice Mirtha Legrand, el público se renueva.


¿Todos están de acuerdo en el PRO con este camino muy de derecha que ha tomado Macri desde que es Presidente y que lo alejo del centro en el que se encontraba cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad y durante la campaña electoral? Ningún funcionario va a dejar de defender en público sus decisiones, aunque no esté de acuerdo. Lo que no significa que necesariamente lo compartan.

En ese sentido dicen que las reuniones con el Presidente hay que tratar que no sean un lunes. Los fines de semana parece que son tremendos en la intimidad presidencial. La referencia tiene que ver con los amigos y funcionarios cercanos a Mauricio Macri, la mayor parte de ellos provenientes de la adolescencia en el colegio Cardenal Newman.

El 14 de diciembre, horas después de haber asumido, Macri decidió nombrar por decreto dos jueces de la Corte Suprema. German Garavano, después de atragantarse con la novedad, la defendió en público a capa y espada. El ala política del Gobierno, desde Peña hasta Monzó, se enteró de la noticia cuando ya era un hecho consumado. La paciencia de Michetti y de Federico Pinedo y la necesidad de no tener una pelea con el Senado convencieron al Presidente de mandar los pliegos al Congreso. Por ahora los nombramientos no salen y muchos amigos personales del Presidente le están recordando la "anécdota". No por casualidad, se comenta en la Casa Rosada, la medida fue tomada un lunes.


Macri está contentísimo con las posturas duras de Patricia Bullrich en materia de piquetes y marchas callejeras. En la reunión que mantuvo con los jefes de seguridad de las fuerzas hace quince días les pidió severidad y rapidez en los cortes de calles. Aquí el problema es serio, porque ninguno de los que debe aplicar el protocolo de cortes de Bullrich está de acuerdo con él. Y en la negativa –que es evidente– se incluyen a las autoridades locales de la Ciudad de Buenos Aires, los jueces y fiscales de instrucción y a las propias fuerzas, como la Policía Federal, la Metropolitana, Gendarmería y Prefectura.


Los aumentos de electricidad y gas y de colectivos y trenes. "Si el Presidente tuviera que elegir a los dos ministros más cercanos a su corazón serían Juan José Aranguren y 'Guillo' Dietrich. Macri no cree que hubo ningún error de comunicación.


Macri dio de baja el Fútbol para Todos. De nada sirve recordarle que durante la campaña electoral prometió que se mantendría el sistema de televisación gratuita de los partidos por TV abierta hasta el 2019.


La prioridad absoluta de Macri es bajar la inflación, aunque eso signifique profundizar laactual recesión de la economía y generar más desempleo. No por nada Sturzenegger es el titular de la autoridad monetaria dispuesta a sostener tasas sobrenaturales del 38% cada siete días.

En Cambiemos no quedan rastros de la UCR. El paso al costado de Sanz, la casi ausencia de ministros radicales en el gobierno, (Aguad no es considerado como propio por los radicales sino como hombre de Clarín, y Martínez en Defensa no puede nombrar ni a su secretaria) la falta de consulta con los máximos referentes, acerca de decisiones políticas y lo alejado de las medidas por ahora tomadas del ideario radical, configuran un escenario donde podemos afirmar que Cambiemos es solo PRO . El peronismo y el radicalismo tienen despliegue territorial, despliegue que el PRO no tiene y tuvo que alquilarle a la UCR para poder ser competitivo. Ese despliegue territorial, de los dos grandes partidos nacionales, con dirigentes, comités y unidades básicas, punteros, líderes y referentes barriales, de clubes y organizaciones intermedias, les da una correa de transmisión con registro de feedback de lo que ocurre en el territorio en tiempo real.

Ese dedo en el pulso 24 horas al día le permite tener una noción cabal de cómo afectan en el territorio sus medidas.

El PRO no tiene ese dedo en el pulso, es como un pie sin sensibilidad en el acelerador, que puede llegar a 180 sin notarlo.

Esta falta de despliegue terriotrial impide que Macri reciba señales y comprenda los costos sociales de las medidas que estan tomando.


El histórico y persistente ninguneo a Sergio Massa. Muy influenciado por Jaime Durán Barba, Macri no cree en él. Esta que pasó fue la peor semana en la relación entre el Gobierno y el Frente Renovador. Es posible que esto se refleje a la hora de votar en Diputados los proyectos de indemnización por despido.

El no reconocimiento a nada de lo que hizo y dejó el kirchnerismo. Esto se vio el 1º de marzo cuando el Presidente inauguró las sesiones ordinarias. También se reflejó en las duras posturas que Marcos Peña –un dialoguista– tuvo en Diputados contra el bloque del Frente para la Victoria.

Los despidos de empleados públicos. Cuenta la leyenda que en diciembre hubo ministros que hicieron despidos innecesarios para que el Presidente se enterara de la decisión. No fue para nada casualidad que todos los ministros cada 24 horas se la pasaran anunciando cesantías como si nada.


La prosperidad PRO no llegará ni en el segundo semestre, ni en el tercero, ni en el cuarto. Los técnicos PRO lo saben y lo admiten en privado.

Por eso la madre de todas las batallas, es por la construcción de sentido, por la instalación de que “quien tiene la culpa”. El PRO a medida que la recuperación no llegue, y la crisis se profundice, apelará a la agenda de la corrupción, a encarcelar a funcionarios kirchneristas desde los más secundarios hasta la ex presidenta, como De la Rúa con Menem.


La oposición canalizará el mal humor emergente, construyendo un clivaje mediante la visión de un pasado idílico, y atribuyendo el fracaso exclusivalemente a las medidas del gobierno macrista

La narrativa anticorrupción, aún con los intensos ruidos que genera el #panamapapers, crecerá en forma directamente proporcional al nivel de daño que la recesión, el desempleo, la caída del poder adquisitivo del salario y el mal humor social crezcan.