La
líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, se fue esta mañana hasta la
Quinta de Olivos a reprocharle a Mauricio Macri la confirmación de un
nuevo blanqueo, una medida a la que se había opuesto con ferocidad
durante el kirchnerismo y que ahora se ve en la encrucijada de que la
impulse su propio gobierno.
Lilita llegó furiosa a la residencia presidencial y le expresó a Macri su fastidio por la noticia de que el Gobierno lanzará un blanqueo de capitales, anunciada ayer por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
Al menos, esta vez Carrió cumplió con lo que le había pedido el presidente, y le hizo primero el reclamo en persona y no a través de los medios, como había hecho con el ajuste de tarifas y por el rol de Daniel Angelici como operador judicial, entre otros temas por los que se quejó en los cinco meses de gestión.
Por esas críticas Macri tuvo en su momento que llamar de urgencia a Carrió y reunirse para apaciguarla, algo que consiguió. No lo logró Marcos Peña, que intentó moderarla y recibió una dura respuesta de Lilita, que lo trató de “pendejo” y le recordó que “hace 30 años” está en política.
Esta vez parece que el Presidente no pudo convencer a Carrió que se fue furiosa de Olivos, según comentaban los intendentes del Conurbano que esta mañana fueron a reunirse con Macri por un plan de obras y se cruzaron a la diputada.
La líder de la CC todavía no se refirió el tema, pero esta mañana para demostrar que está enojada lanzó una bomba contra la Justicia: le reclamó a Ricardo Lorenzetti que le remita su declaración jurada, la del resto de los integrantes de la Corte Suprema y la de todos los magistrados del fuero federal. También la de Héctor Daniel Marchi, el secretario general de administración la Corte y mano derecha de Lorenzetti.
El Gobierno tuvo idas y vueltas en el tema del blanqueo justamente por el pánico a la reacción de Lilita, que emparenta esta medida al ocultamiento del dinero de la corrupción y el narcotráfico. En rigor, no sólo ella lo manifestaba también lo hacían otros funcionarios de Cambiemos cuando eran oposición.
Pero fue más fuerte el peso de las presiones que ejercieron algunos empresarios cercanos a Macri y hasta familiares del Presidente, que le reclamaban que saque un blanqueo antes del año que viene, cuando la AFIP podrá cruzar datos con más de 50 países y se supone podrá acorralar a evasores.
Lilita llegó furiosa a la residencia presidencial y le expresó a Macri su fastidio por la noticia de que el Gobierno lanzará un blanqueo de capitales, anunciada ayer por el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
Al menos, esta vez Carrió cumplió con lo que le había pedido el presidente, y le hizo primero el reclamo en persona y no a través de los medios, como había hecho con el ajuste de tarifas y por el rol de Daniel Angelici como operador judicial, entre otros temas por los que se quejó en los cinco meses de gestión.
Por esas críticas Macri tuvo en su momento que llamar de urgencia a Carrió y reunirse para apaciguarla, algo que consiguió. No lo logró Marcos Peña, que intentó moderarla y recibió una dura respuesta de Lilita, que lo trató de “pendejo” y le recordó que “hace 30 años” está en política.
Esta vez parece que el Presidente no pudo convencer a Carrió que se fue furiosa de Olivos, según comentaban los intendentes del Conurbano que esta mañana fueron a reunirse con Macri por un plan de obras y se cruzaron a la diputada.
La líder de la CC todavía no se refirió el tema, pero esta mañana para demostrar que está enojada lanzó una bomba contra la Justicia: le reclamó a Ricardo Lorenzetti que le remita su declaración jurada, la del resto de los integrantes de la Corte Suprema y la de todos los magistrados del fuero federal. También la de Héctor Daniel Marchi, el secretario general de administración la Corte y mano derecha de Lorenzetti.
El Gobierno tuvo idas y vueltas en el tema del blanqueo justamente por el pánico a la reacción de Lilita, que emparenta esta medida al ocultamiento del dinero de la corrupción y el narcotráfico. En rigor, no sólo ella lo manifestaba también lo hacían otros funcionarios de Cambiemos cuando eran oposición.
Pero fue más fuerte el peso de las presiones que ejercieron algunos empresarios cercanos a Macri y hasta familiares del Presidente, que le reclamaban que saque un blanqueo antes del año que viene, cuando la AFIP podrá cruzar datos con más de 50 países y se supone podrá acorralar a evasores.
