Siguen las protestas masivas en Francia por la reforma laboral que impulsa el gobierno

Hubo disturbios, heridos y detenidos en distintas ciudades



Miles de trabajadores y estudiantes volvieron a protestar en Francia contra la reforma laboral del gobierno socialista, en una jornada que incluyó serios incidentes entre manifestantes y las fuerzas del orden, con una treintena de policías heridos y más de ciento veinte manifestantes detenidos.
La cuarta gran manifestación nacional en dos meses de la intersindical contra el proyecto de ley impulsado por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, buscó incrementar la presión para que se retire un texto que comenzará a ser debatido el martes en el Parlamento.
La reforma, según los siete sindicatos de trabajadores y estudiantes convocantes, “contiene grandes peligros para el mundo laboral”, y ha provocado igualmente malestar en la patronal francesa Medef, que amenazó con romper las negociaciones con los agentes sociales si no se modifica. Una encuesta publicada por el diario Le Parisien permite augurar que la movilización se extenderá, dado que el 78% de los franceses rechazan la nueva ley laboral por considerarla “conflictiva y que engendra un alto riesgo de conflicto social”.
La movilización de ayer, pese a la espectacularidad de las imágenes de los enfrentamientos -principalmente en París, Rennes, Nantes, Marsella y Lyon-, fue menor que las de anteriores convocatorias.
La intersindical cifró la movilización en toda Francia en 500.000 personas, mientras que la Policía rebajó el número a 170.000.
En cambio, en la huelga general del 31 de marzo la intersindical informó que se movilizaron 1.2 millones de personas contra los 390.000 admitidos por el ministerio del Interior.
En París, donde hubo importantes destrozos en el mobiliario urbano y en bancos, y otras ciudades el lanzamiento de piedras, latas de pintura y cócteles molotov por parte de algunos manifestantes fue inmediatamente respondido con gases lacrimógenos y cargas policiales.
El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, informó a la prensa que 24 agentes resultaron heridos, tres de ellos de forma “muy grave” en la capital, y que hubo 124 detenciones en toda Francia, que elevan a 382 el número de arrestos desde el inicio de las protestas.
“Le pido a los organizadores que condenen la violencia contra las fuerzas del orden”, expresó Cazeneuve.
Poco después, el líder del sindicato de izquierda Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, remarcó en la cadena parlamentaria LCP “siempre condenamos ese tipo de violencia, pero ellas tuvieron lugar antes de la manifestación”, al tiempo que reprochó a las autoridades el “excesivo uso de la fuerza de los agentes”.
Como en la huelga general precedente, del 31 de marzo, el paro repercutió también en los transportes.
El 20% de los vuelos fueron cancelados en los aeropuertos parisinos de Orly y Charles de Gaulle, mientras que el tránsito ferroviario se vio afectado en las líneas interurbanas.
“Somos partidarios de una reforma que esté a favor de los trabajadores, no de las empresas”, explicó a la prensa el sindicalista de la Confederación General del Trabajo (CGT) Reynald Kubecki, quien insistió en la revocación del texto actual.