Alejandro Robba - Emiliano Colombo
A la primera oleada deprecios(diciembre 2015) disparada por la
devaluación, quita de retenciones y eliminación de cupos de exportación,
le siguió el tarifazo de febrero –luz, peajes, tv por cable, telefonía
móvil, nafta-que dejó atrás la ilusión del gobierno de mantener
indicadores inflacionarios del orden del 25%. Con una secuencia de
presión inflacionaria que se repite cada dos meses
(diciembre-febrero-abril), ahora el gobierno lanzó la segunda ronda de
ajustes en las tarifas de los servicios públicos–telefonía fija, gas,
nafta, educación privada, agua y transporte-. Según nuestra estimación,
el impacto sobre los precios añadiría un 4,3% adicional de inflación.
En conjunto, si se toma en cuenta también el ajuste en las tarifas de
electricidad -que adicionaron 2 puntos porcentuales a la inflación-, el
incremento total por ambos tarifazos adicionaría 6,3% a la inflación,
por lo que determinaríaun piso del34% para todo el año.
La ola de aumentos
El gobierno acaba de anunciar los incrementos en el transporte público
de pasajeros. En impacto del ajuste en el boleto del tren, subte y
colectivo adicionará 0,81% a la inflación anual. Pero si mensuramos
efectivamente dicho impacto al bolsillo de un trabajador del conurbano
–por ejemplo- que tiene que tomarse colectivo, tren y subte para llegar a
su trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, surge que de destinarle $
5.040 anuales al transporte público (6,9% de un Salario Mínimo Vital y
Móvil–SMVyM-), con las nuevas tarifas le destinará $8.400 al año (11,6%
del SMVyM)significando un incremento del 66,7% a los gastos de
transporte. El trabajador deberá destinar entonces con los ajustes en
marcha $3.360 adicionales en el año para movilizarse a su trabajo, lo
que representa más de la mitad (55%) de un SMVyM ($6.060)
Estimamos que el total de los trabajadores destinarán $5.400 millones
anuales más al transporte público, lo que se traducirá en una caída del
ingreso disponible y en una reducción en el consumo en otros bienes.
Fuente CNRT
Por su parte, los ajustes previstos en el valor del gas en boca de pozo
(u$s 2 a u$s 4) sería trasladado automáticamente al consumidor,
aportando 1,44% a la inflación.En el caso del servicio de agua potable
prestado por la empresa estatal AYSA en la zona metropolitana de Bs.
As., la suba propuesta alcanzaría un incremento del 455% (factura de $90
a $500), cuyo efectos sobre la inflación seria de 1,04% adicional.Las
empresas de telefonía están proponiendo un incremento en el abono básico
de $13 a $40, representando un aumento del 207% cuyo impacto
inflacionario sería de 0,39% en la inflación mensual.
En el caso de la educación privada bonaerense, se anunció un ajuste en
las cuotas mensuales del 24,7% retroactivo a marzo, lo que añadirá 0,54%
a la inflación. Por último se añade un nuevo aumento en el precio del
litro de nafta (6%) que adicionará 0,14% más de inflación.
Tamaño ajuste en los bolsillos de los hogares, empresas y trabajadores,
merece algunas observaciones. En primer lugar, deberíanhaberse aplicado
en forma gradual a lo largo del año para mitigar los efectos sobre todos
los precios de la economía. A su vez, sumársele el criterio de Tarifa
Social (TS) amplio (no como en el caso de la luz, cuyo impacto es
bajísimo) para dejar fuera del ajuste a las familias de ingresos bajos,
jubilados y desempleados. Por supuesto que el padrón para acogerse a
estos derechos debería quedar abierto, habida cuenta la política estatal
y privada de recurrir a despidos masivos como los observados en los
últimos meses
La recesión como política anti-inflacionaria
Eliminadas las anclas anti-inflacionarias con las que contaba el
gobierno anterior –tarifas y tipo de cambio- y que colaboraron, a su
vez, para que en 2015 la economía creciera un 2,1%, según el INDEC, el
único ancla que el macrismo alienta es el salarial, es decir paritarias
del orden del 25% con una inflación que rondaráun piso del 34%.Es por
ello que la estrategia actual es bajar la inflación con recesión (caída
del consumo interno por baja del salario real y desempleo, y tasas de
interés altísimas). Para los próximos meses se plantea volver al ancla
cambiaria en torno a un dólar de $15,5contenido por laactual tasa de
interés (38%)e intentando que los sectores exportadores cumplan los
acuerdos de liquidar la cosecha para proveer divisas al mercado
cambiario.
El pacto con los fondos buitre que se acaba de aprobar, intentará que si
los exportadores son remisos a liquidar (porque no aprueban el nivel
del tipo de cambio estable), sean dólares financieros los que refuercen
las reservas del BCRA. Ése es el verdadero objetivo del acuerdo, no las
inversiones que se les prometen a los legisladores y gobernadores a
cambio de su apoyo.