Intendentes del PJ advierten signos de conflictividad social


  Héctor Medina



Los dichos de Espinoza levantaron polvareda dentro y fuera del PJ.

La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal cuestionó las declaraciones del presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, Fernando Espinoza, quien afirmó que “si explota el Conurbano, salta (el presidente, Mauricio) Macri y a la gobernadora le va a costar”, y aseguró que ese mensaje “no es lo que recibo de la inmensa mayoría de los intendentes del Frente para la Victoria”.

“Si quiso ser una amenaza no tuvo ninguna efectividad, yo estoy convencida del camino que tomamos, que es un camino que apuesta a la dignidad de la gente” dijo Vidal en una entrevista con Canal 13, en referencia a las declaraciones del ex intendente de La Matanza en una reunión de intendentes peronistas en el municipio de Bolívar, del que participó en su carácter de máxima autoridad del PJ bonaerense.

Pero Espinoza redobló la apuesta y en un comunicado aseguró que “en muchos lugares del conurbano hay gente que ya está pidiendo comida, cosa que no se veía desde el 2005”.

En este sentido, recalcó que si lo que dijo “suena fuerte, más fuerte es la realidad de lo que pasa en el conurbano” y sostuvo que como dirigente político su deber “es advertir lo que va a pasar si no se corrige el modelo económico”.

“El gobierno debe retrotraer los tarifazos en la luz, el gas, el transporte y los combustibles y en los despidos”, dijo y resaltó que la “socia” de Cambiemos, Elisa Carrió “coincidió conmigo y no comparte el ajuste que está llevando a cabo el gobierno al que los llama brutales”.

Fuentes que participaron del encuentro de intendentes aseguraron a BAE Negocios que la mayor parte de los jefes comunales no estaba de acuerdo con la frase de Espinoza. Como el intendente de Carmen de Areco, Francisco Duranona, que recalcó que “los intendentes tenemos que garantizar la gobernabilidad, nos guste o no nos guste”. Y cuestionaron que tras la frase del matancero pasó desapercibido el hecho de que fue la primera reunión de intendentes que congregó a representantes de todas las líneas internas del PJ. Encuentro que se repetirá el mes próximo posiblemente en la localidad de Roque Pérez.

Pero en cambio sí coincidían en la aparición de signos preocupantes en distintos distritos: vecinos que acuden a las sedes municipales a pedir guardapolvos, útiles escolares o leche, reclamos que hace diez años no se veían. Y recalcaban que la ola de despidos empieza a hacerse sentir: “cuando la gente pierde el trabajo lo primero que deja de pagar son las contribuciones municipales; además, al perder la obra social van a parar al hospital de la zona, con lo que aumenta la presión sobre el municipio, que además debe afrontar la suba de la electricidad, el combustible, los servicios”.

Ayer, la actual intendenta de La Matanza, Verónica Magario, puso blanco sobre negro el diagnóstico. “Estamos viendo una situación social compleja, en La Matanza no hay obras o están paradas y tendremos hacia fin de año una pérdida del 33% de los puestos de trabajo”, subrayó en una entrevista radial.

Por su parte, el jefe comunal de Berazategui, Patricio Mussi, alertó que “empezamos a tener una baja en la recaudación y nos puede traer un problema para pagar los sueldos. Si pasa eso, el Gobierno nacional va a tener un gravísimo problema en dos o tres meses cuando directamente no se pueda sostener el estallido social de más abajo”.