Bolivia :un balance del triunfo del NO


Bolivia. Un balance del triunfo del NO
SOLEDAD SANDLLER*

El triunfo del NO en el referéndum de Bolivia. El liderazgo de Evo Morales y los nombres posibles de la sucesión. El fortalecimiento de las derechas y la fragmentación de la oposición. Los desafíos políticos de cara a 2019.
El pasado domingo se llevó a cabo en Bolivia un Referéndum Popular para avalar o rechazar la propuesta de reforma parcial de la Constitución Política del Estado impulsada por el Movimiento Al Socialismo. Con esta reforma el oficialismo buscaba modificar el artículo 168 de la Carta Magna a fin de permitir que tanto el Presidente como el Vicepresidente puedan ser reelectos dos veces en sus cargos de manera continua, siendo que el texto constitucional vigente permite una única reelección.

El país vivió tres días de un intenso proceso de conteo de votos, que culminó en una ajustada victoria para el NO a la reforma, que logró un respaldo del 51.29% contra un 48.71% obtenido por el SI. Si bien el Tribunal Supremo Electoral aún no proclamó los resultados finales, debido a que aún falta computar los votos del exterior y que se repita la votación en las mesas de Santa Cruz, La Paz y Beni, donde se presentaron disturbios, Evo Morales ya reunió a la prensa para reconocer su derrota. En dicha conferencia, aunque no desestimó las denuncias de fraude y manipulación que había denunciado su Vicepresidente, Álvaro García Linera, hizo hincapié en su respeto por el proceso y el resultado, descartando la propuesta que había circulado entre las filas del oficialismo de solicitar un posible recuento de votos.
¿Qué efectos tendrá la victoria del NO?
De haberse aprobado la propuesta de reforma, el nuevo texto constitucional hubiese habilitado a Morales y a Linera presentarse nuevamente como candidatos en las elecciones del 2019 y aspirar a un nuevo mandato entre 2020 y 2025. El resultado de este Referéndum abre un nuevo capítulo dentro del seno partido de gobierno: la disputa interna por la sucesión de un líder que, hasta el momento, es indiscutido.

El resultado de este Referéndum abre un nuevo capítulo dentro del seno partido de gobierno: la disputa interna por la sucesión de un líder que, hasta el momento, es indiscutido.
Si bien existen nombres que circulan como posibles candidatos, como el del mismo García Linera, figura fuerte del Estado Plurinacional , o el de David Choquehuanca, que ocupa el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores desde la llevada de Evo al poder, la incertidumbre es significativa, principalmente porque, aunque el camino hacia el 2019 es largo, ninguno cuenta al momento con una popularidad en las encuestas que pueda llegar a garantizar una victoria segura para el MAS.
A su vez, este escenario puede convertirse en el puntapié para el inicio de un proceso de fortalecimiento de la oposición a Morales, que hasta el momento no había logrado configurar una alternativa capaz de pelear realmente la presidencia de Bolivia.
Sin embargo, también es necesario resaltar que este resultado no debe entenderse como el comienzo del fin del proyecto político del MAS. En primer lugar, es necesario tener en cuenta en las últimas elecciones presidenciales, llevadas a cabo hace poco más de un año, Morales no sólo mantuvo su caudal histórico de votos, obteniendo más del 61%, si no que el MAS logró, en esos comicios, ampliar su base de apoyo, expandiéndose hacia diversos sectores urbanos del oriente del país, que habían sido históricamente opositores a Morales, como por ejemplo en el departamento de Santa Cruz.

Este escenario puede convertirse en el puntapié para el inicio de un proceso de fortalecimiento de la oposición a Morales, que hasta el momento no había logrado configurar una alternativa capaz de pelear realmente la presidencia de Bolivia.
El hecho de que haya logrado un resultado cercano al 50% en este referéndum muestra que Morales conserva su base de apoyo, y no se ha podido quebrar aun cuando el arco opositor en su totalidad se encolumnó detrás del NO. Se trata de una refrenda importante para un gobierno que se encuentra transitando su décimo año en la gestión de gobierno, con el desgaste natural que ello implica. Pese a la campaña de denuncias y agravios en su contra, que se intensificaron en los últimos tiempos, Morales mantiene entre un 60% y un 70% de imagen positiva entre la población.
Aunque el NO podría fortalecer ala derecha, la realidad es que los partidos de la oposición se encuentran lejos de disputar seriamente la presidencia a título individual y, a su vez, son muy pocas las chances de que exista un candidato común debido al alto nivel de fragmentación.

Pese a la campaña de denuncias y agravios en su contra, que se intensificaron en los últimos tiempos, Morales mantiene entre un 60% y un 70% de imagen positiva entre la población.
Sin embargo, este episodio debería servir de alerta para el gobierno boliviano. En América Latina quedó demostrado cómo las promesas de la derecha han ido calando en las sociedades de varios países. Cuidar lo conquistado y continuar avanzando con los procesos de transformación constituyen los desafíos que enfrenta Bolivia.
* Integrante del Observatorio Electoral de América Latina,www.oblat.am, solesandller@gmail.com