Metas de inflación que esconden metas de desempleo

La correlación inversa entre crecimiento de precios y desocupación no es nueva, sino que fue un hallazgo del economista William Phillips en el año 1958. A menor cantidad de despidos, mayor incremento de precios y salarios y a la inversa.


Pablo Chena


El nuevo gobierno plantea como eje de su política económica las denominadas metas de inflación, un eufemismo para no hablar de las metas de desempleo que son necesarias para disciplinar a los trabajadores y redistribuir ingresos a favor del capital concentrado.


Como sabemos, la inflación es una consecuencia de la puja distributiva al interior de la economía y el gobierno está dispuesto a frenarla debilitando a los trabajadores con la amenaza del despido.


La correlación inversa (o trade off) entre inflación y desempleo no es nueva, fue un hallazgo del economista William Phillips en 1958 y se conoció mundialmente con el nombre de "Curva de Phillips". En esencia dicha curva muestra que a menor desempleo mayor incremento de precios y salarios, y viceversa, a mayor desempleo menores son los aumentos de salarios y precios. Esto da sustento teórico a la idea de que las metas de inflación llevan implícitas metas de desempleo abierto. Desde esta perspectiva, el gobierno dio señales muy claras sobre su política anti-inflacionaria.


Primero, una ola de despidos masivos en el sector público. Hasta el momento se estima que la cifra asciende a 18 mil trabajadores, con una proyección de 65 mil en los próximos meses. Segundo, despreocupación absoluta por las suspensiones y despidos en el sector privado. En este sentido, el ministro de Hacienda expresó: "Es parte de la herencia. No creo que el empresario tome la decisión de un día para el otro. Se trata de sectores que vienen sufriendo hace tiempo. Si toman esa decisión es por los últimos cuatro años". Tercero, represión de la protesta social, como en los casos de Cresta Roja y de Milagro Sala. Cuarto, un mensaje amenazante para los dirigentes del movimiento obrero organizado rumbo a las paritarias: "Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos", declaró Prat-Gay. Al tiempo que sugirió negociar incrementos salariales inferiores a la inflación proyectada: "Si ustedes nos creen, la referencia va a ser de un 20% a un 25% de inflación para este año. Si lo que decimos es cierto, el que fija salarios por encima de esa pauta quedará descolocado."Sin embargo, si tomamos en cuenta que las estimaciones privadas de inflación para el año 2016 rondan entre el 35% y 40%. El incremento salarial "sugerido" por el gobierno, implicaría una pérdida de poder adquisitivo del salario de entre el 10% y el 15% para este año.


Respecto a las metas de inflación de largo plazo, Prat-Gay declaró: "Para 2017, la inflación se ubicaría entre el 12 y el 17 por ciento, para concluir en 2019 con una inflación de un dígito."


Traducido en términos de metas de desempleo abierto esto implicaría niveles similares a los de 2006, cuando la inflación fue del 11% y la tasa de desempleo del 10,1 por ciento. Para el caso de la tasa de inflación de un dígito (2019) deberíamos extrapolarnos a las condiciones del años 2004, cuando los precios subieron un 4% y el desempleo se ubicó en el 13,5%, o al caso extremo de la década de los noventa, cuando el desempleo registró una cifra promedio del 15%, entre 1993 y 2001, con una inflación cercana al 0 por ciento. Con estos números, el objetivo del gobierno sería llegar, vía ajuste fiscal, importaciones yaltas tasas de interés, a generar 500 mil trabajadores desocupados nuevospara 2017 y otros 500 mil para 2019.


Recordemos que, según el último dato disponible del III trimestre de 2015, el desempleo abierto afectaba a 709 mil trabajadores a fines del año 2015.