Brasil: el ajuste es igual a desempleo



Leandro Bona




Brasil, al igual que Argentina, ha experimentado a lo largo de 2015 un "viento de frente" continuación de una corriente que se expande desde 2012.


Brasil: el ajuste es igual a desempleo

Brasil, al igual que Argentina, ha experimentado a lo largo de 2015 un "viento de frente" continuación de una corriente que se expande desde 2012: la retracción en el crecimiento de China (2 puntos porcentuales inferior al de la década anterior), la caída de los precios de los commodities y la lenta recuperación europea han impactado en la mayoría de los países del mundo a través del canal comercial, registrándose una caída del intercambio que tiene visibles impactos en el resto de los sectores.

En este contexto, pocos meses después de la elección brasileña de fines de 2014 y ante el deterioro de los registros económicos, la reelecta Dilma Rousseff encaró una reversión de las políticas de las que había hecho gala durante la campaña entregando la cartera de economía a J. Lévy, un representante del establishment educado en Chicago. Rápidamente, el déficit público se convirtió en el principal problema de la economía brasileña y se viró el enfoque macroeconómico en línea con el programa de recortes que postulaba la derecha. Argentina exhibió un desenvolvimiento diferente, aun cuando numerosos sectores exigían "racionalidad económica", el gobierno argentino optó por priorizar las políticas de estímulo a la demanda agregada por la vía del gasto público. ¿A quién le ha ido mejor?

En 2015 Brasil afronta una caída profunda de su economía (-2,1% hasta junio), mientras que Argentina sostiene un crecimiento que se resignifica ante la coyuntura actual (creció un 2,2% en este primer semestre). ¿A qué se deben estas trayectorias divergentes? Como nunca antes bajo gobiernos kirchneristas y petistas, las respuestas actuales a la disminución de la demanda externa han sido tan diferenciadas.