La marca política Trump se consolida en base a mucho dinero, un discurso xenófobo, antipolítico y de "que las cosas fucionen"


 http://190.9.128.163/wp-content/uploads/2015/06/1412.jpg
Contra todos los pronósticos, el mediático magnate de la construcción no sólo lidera la campaña republicana con su difícil aspiración de lograr la nominación para la Casa Blanca, sino que es quien viene fijando la agenda de discusión.


En estos días, buena parte de la vida política en Washington se centra en reaccionar a lo que dice la figura que no hace sino canalizar el descontento de una sociedad. Hartos de la ineficacia y la falta de sinceridad de los políticos, muchos norteamericanos se identifican con el estilo crudo y extremo de Trump.


Lo otro que también hay es dinero. Montañas de dinero que le dan al aspirante libertad absoluta para decir lo que quiera, sin temor a perder ningún donante por ello. Una autonomía de decisión de la que no goza ninguno de sus adversarios del mismo partido. La riqueza que tiene y que lo coloca bien lejos del común de la sociedad no espanta, sin embargo, a sus seguidores.



No hay modo sencillo de permanecer ajeno a las provocaciones de Trump, con un desconcierto que alcanza, en primer lugar, al propio Partido Republicano, que lo probó todo -desde la indiferencia hasta el insulto, pasando por la ruptura y el intento de seducción- sin que nada sirviera en su inocultable deseo de sacarlo de escena.



Mientras, la base blanca, conservadora y xenófoba del partido disfruta con el virulento discurso del candidato al que convirtió en favorito. "Esto es algo que es más grande que yo mismo, esto es un movimiento con mucha fuerza", dice Trump y echa leña a la fogata desde su momento de gloria.



El jueves pasado, las encuestas consolidaron su liderazgo, al concederle sobre el final de la semana el 18,2% de popularidad contra el 13,7% que apenas acaricia Jeb Bush, a quien se considera el favorito de un ala moderada que, sin embargo, hasta ahora no ha dado señales de existencia.



Hoy los aspirantes a quedarse con la nominación formal republicana para la presidencia son nada menos que 17. Pero sólo Trump consiguió ponerse al frente.


Provocador, mediático, un outsider de la política tradicional, no hay modo indiferente de pararse frente su candidatura. Está en las portadas y en las noticias de un verano en el que, tal vez, "no haya tanto tan novedoso como para hablar" en las tardes de terraza, dicen los más escépticos.


"Tarde o temprano, lo de Trump pasará, como pasó lo de tantas otras figuras de quiebre que irrumpieron con fuerza dentro del escenario político para luego desvanecerse", dijo Marc Barclan, de la Universidad de Pensilvania, en un pronóstico ampliamente compartido en círculos políticos de esta ciudad.


¿Será el futuro de Trump hacer ruido en la etapa inicial, cuando faltan 16 meses para las elecciones presidenciales, y luego desvanecerse?


Eso explica por qué son tantos los que insisten en no tomarlo en serio. "Es una pose un tanto soberbia de los periodistas ésta de condenar a un candidato antes de tiempo", previno, sin embargo, el reconocido columnista Roger Simon, desde las páginas de Político.


Aludía a la línea abierta por The Huffington Post, que anunció la controvertida decisión de no publicar más noticias del magnate, a quien considera poco más que un bufón de la política.


Más allá de su destino, lo que no debe perderse de vista es lo que está por detrás de Trump. Lo que su encumbramiento expresa y el carácter de la fuerte corriente de norteamericanos que se identifica con lo que él representa. El propio Trump medra en la sorpresa y la usa para ungirse como el hombre del momento. "Hay un movimiento en marcha. Esto va más allá de mí", dijo en el taquillero ciclo State of the Union, de la CNN.



"Lo primero que uno encuentra entre quienes apoyan a Trump es hartazgo y enojo con una clase política a la que se percibe no sólo como incapaz de solucionar problemas, sino, además, incapaz de decir la verdad", dijo Barclan.



Para muestra vale un botón. La gente que acude a sus mitines disfruta canalizando a través de las palabras del candidato su propia frustración. "Es hora de poner a todos esos de Washington en su lugar, basta de tanta politiquería que nos chupa la sangre", son expresiones que suelen escucharse entre los asistentes.



Eso y el clamor colectivo de "¡duro con ellos!", apuntado contra un blanco incierto, pero que se entiende como el culpable de todo lo malo que pasa. Sea esto lo que fuere: desde el desempleo, la inflación, el dinero que no alcanza y el "cambio" que experimenta la sociedad. "Trump es un gran catalizador del enojo", insistió Barclan.


La nueva encuesta de CNN / ORC revela que sólo el 30% de los votantes se siente bien representado en Washington, mientras que el 40% dice no estarlo en absoluto. La cifra aumenta entre votantes republicanos y los que tienen esa tendencia de voto. Llega al 57%, un dato que para los analistas abre la puerta a fenómenos que, como el de Trump, expresan ese enojo.


Las encuestas son curiosas. Lo colocan sin dudas a la cabeza, pero también con reticencias. Por ejemplo, los mismos sondeos que le dan esa ventaja señalan que, en caso de que llegara a ganar la nominación -algo que hoy es bastante lejano... el 31% de la base republicana no lo votaría para presidente.


El desconcierto alcanza hasta los comentaristas de televisión que, desde hace semanas, pronostican que el fenómeno tiene los días contados, mientras la realidad es que no hablan de otra cosa que del controvertido magnate.


Tampoco Obama quedó al margen del fenómeno. Sin medias tintas lamentó el tono con el que habla Trump y el daño que, desde su perspectiva, eso hace a la política real. Recordó, además, que dentro de 18 meses, en enero de 2017, entregará "las llaves" de la Casa Blanca a su sucesor, y confesó su aspiración de que, quien las reciba, sea "alguien que asuma con seriedad los problemas graves que aquejan al mundo y al país".


Definiciones polémicas de Donald Trump


"[Los inmigrantes mexicanos] están trayendo sus drogas, están trayendo su crimen. Son violadores y algunos, asumo, son buenas personas"

"El concepto de calentamiento global fue creado por los chinos?para volver no competitiva?a la industria?de EE.UU."

"Construiré un gran muro en la frontera y los mexicanos lo pagarán"