A los presidentes no los ponen los que votan, sino los que cuentan los votos

A una semana de las PASO, la fiscalización de los comicios se instaló en el centro de la escena bonaerense, por la preocupación de los espacios opositores ante eventuales irregularidades en la jornada electoral. Con sus 11.658.445 votantes habilitados, la provincia de Buenos Aires es el distrito de mayor peso electoral del país, con un 37,5 % del padrón.



Con los radicales poco dispuestos a cuidar sus votos, el macrismo intentar construir un esquema propio para el 9 de agosto. Diseñan una aplicación especial para celulares.

Para controlar los votos bonaerenses, los postulantes opositores a presidente y gobernador apuran los armados de las redes de fiscales que serán desplegados el próximo 9 de agosto para cubrir las 34.500 mesas que estarán ubicadas en 5003 escuelas.

Hasta acá, el PRO, no creyó que era necesario tener una estructura nacional con la que garantizar que cada voto que obtengan sea contabilizado. Y no porque nadie los haya alertado. Hace por lo menos un año que desde distintos ámbitos, políticos y empresariales, les vienen acercando ideas en ese sentido. Pero un poco por eso de que "las estructuras políticas no cuentan" en estos tiempos y también porque confiaban en que los partidos aliados y el sindicalismo harían ese trabajo, se dejaron estar.


El fallido operativo santafesino les hizo caer en la cuenta de que a los voluntarios que se anotaron por internet hay que chequearlos y que el tiempo que insume esa tarea es mayor que una capacitación en el lugar de votación. Además, aprendieron que los sindicalistas son muy buenos para defender a los trabajadores del gremio pero absolutamente inexpertos para fiscalizar elecciones. De paso, tomaron nota que los radicales están realmente enojados con el PRO, molestos porque se los destrató apenas terminado el esfuerzo de la Convención de Gualeguaychú, y no piensan hacer nada para defender candidatos que sienten ajenos.

"El 50% de una elección se gana el día de la elección, por más campaña que se haya hecho y globos que se hayan repartido. Ese día tienen que estar los fiscales para defender el voto." La frase de Hernán Berisso, encargado de la fiscalización de Pro en La Matanza, pinta cómo vivirán las fuerzas políticas las PASO del 9 de agosto en territorio bonaerense

En el PRO no se tomaron el tiempo para leer el trabajo que en enero de 2014 publicó el Cippec, realizado por Julia Pomares y María Page, sobre la fiscalización electoral en los 24 distritos del conurbano, donde demostraron que sólo el Frente para la Victoria (FpV) y el Frente Renovador (FR) tenían fiscales en casi la totalidad de los establecimientos de votación y las mesas, en tanto los demás partidos estuvieron muy por debajo de un porcentaje que garantice el respeto al voto. El frente que lideró Francisco de Narváez cubrió el 26 por ciento de las mesas, la coalición que lideró la UCR apenas el 13 por ciento, el que comandó Gerónimo "Momo" Venegas el 9 por ciento y el Frente de Izquierda, apenas el 1.

La gerencia corporativa de la empresa dueña de los subtes envió un mail a unos 300 trabajadores en el que les propuso que sean fiscales en las elecciones. También les planteó participar en mesas de difusión y timbreos del macrismo en horarios laborales.





La práctica va a contramano de “la nueva política” que pregona Mauricio Macri, pero no importa, el PRO ya apeló a ella en la campaña a la Jefatura de Gobierno hace cuatro años y ahora volvió a hacerlo. Ahora es Subterráneos de Buenos Aires, la empresa estatal propietaria de la red de subtes porteña que preside Juan Pablo Piccardo, la que a través de sus canales institucionales convocó a sus empleados a “participar voluntariamente” de las actividades proselitistas del macrismo y así “colaborar para que Macri sea presidente y empiece el cambio en todo el país”. En concreto, les propuso que sean fiscales en las primarias y en las elecciones generales y que se sumen a mesas de difusión y timbreos, que –según detalla el correo electrónico que recibieron los trabajadores– se realizan en horarios laborales. Desde la Legislatura porteña denunciaron a Macri por la utilización política de empleados públicos para su campaña.


La invitación a los trabajadores de Sbase a involucrarse en la campaña del PRO la realizó la gerenta corporativa y comercial de la empresa, Verónica López Quesada. Lo hizo por medio de un mail que envió el último miércoles a las 15.53 y que al pie lleva el membrete oficial de Sbase.

“Estimados, como todos saben estamos próximos a las elecciones nacionales. Es una elección muy importante para el país. Por ese motivo, a todos los que estén interesados en participar voluntariamente hay una serie de actividades en las cuales pueden colaborar”, explica el correo de López Quesada antes de pasar a enumerarlas y es ahí donde señala que con la llegada de Macri a la presidencia empezaría “el cambio en todo el país”.

López Quesada es una estrecha colaboradora de Piccardo, miembro del selecto grupo de amigos de Macri que vienen del colegio Cardenal Newman. Lo acompaña desde su gestión en el Ministerio de Espacio y Ambiente Público porteño, al que Piccardo llegó al comienzo de la gestión macrista, en 2007, con una imputación por presunta malversación de fondos a cuestas de su paso como gerente de la cervecera Isenbeck. Macri sacó a Piccardo de esa cartera en noviembre de 2011 y lo puso a cargo de la presidencia de Sbase.

“Es una gerenta importante, casi al nivel de Piccardo. Acumula más de una gerencia, maneja todo, incluida el área de Recursos Humanos”, precisó el secretario adjunto de la Asociación del Personal de Dirección de Sbase, Daniel Santos. El sindicalista detalló, además, a Página/12 que unos trescientos trabajadores recibieron el mail de López Quesada.

Las actividades que López Quesada propuso realizar a los empleados de Sbase en beneficio del PRO son dos: fiscalizar el 9 de agosto y el 25 de octubre en Hurlingham y participar en “mesas/sombrillas y timbreos” en San Fernando. Esas actividades son, según detalla en su correo electrónico, “de lunes a sábados” y “en turnos mañana y tarde (de 10 a 14 y de 14 a 18 horas”.

“Usan personal de la empresa y encima en horario laboral”, destacó Santos y agregó que “ni siquiera a nosotros, como gremio, se nos hubiera ocurrido mandar un mail en apoyo de un candidato”. Alejandro Bodart, uno de los legisladores porteños que se hicieron eco del tema (es precandidato a presidente por el MST-Nueva Izquierda), consignó que “el 90 por ciento de Sbase trabaja de 9 a 17”, lo cual “significa que Macri y sus gerentes pretenden utilizar recursos humanos y dineros del Estado al servicio de su campaña presidencial”. José Cruz Campagnoli, legislador de Nuevo Encuentro-FpV, también apuntó que el líder del PRO “obliga a trabajadores a hacer proselitismo por él” y presentó un proyecto de declaración en la Legislatura en el que expuso su preocupación frente al hecho.

Con el grueso de intendentes, los gremios y agrupaciones militantes, el Frente para la Victoria no tendrá inconvenientes en poner un fiscal en cada mesa y un fiscal general cada ocho urnas, aproximadamente.