Verónica Magario podría desatar un impredecible efecto cascada en las listas del FpV

De ganar las elecciones de este año, la candidata del espinozismo matancero dejaría su banca en el Congreso y provocaría un efecto cascada de consecuencias impredecibles.



Si Verónica Magario, la candidata a intendente de La Matanza que amparó y bendijo Fernando Espinoza, llegara a ganar la intendencia, se produciría un efecto cascada más que interesante en la lista del FpV que compitió en 2013, y cuyos integrantes tienen mandato hasta 2017.

El efecto, bastante parecido a un juego de casilleros al estilo del de la Oca, se provoca a partir de que Magario fue electa en esa sábana en tercer lugar, detrás de Martín Insaurralde y Juliana Di Tullio.

En ese turno, el FpV sacó el 32% de los votos y logró ingresar 12 diputados. En orden: Martín Insaurralde, Juliana Di Tullio, Verónica Magario, Héctor Recalde, Remo Carlotto, María Teresa García, Carlos Kunkel, Carlos “Cuto” Moreno, Diana Conti, Edgardo Depetri, Oscar Romero y Dulce Granados. La renuncia de Martín Insaurralde desplazó todos los nombres una casillera hacia arriba y permitió el ingreso del matancero Jorge Cigogna que venía 13º.

Una eventual renuncia de Magario, producto de una victoria electoral en La Matanza, provocaría el mismo efecto. Sólo que la que sigue en la lista es Fernanda Raverta, diputada provincial con mandato hasta diciembre y candidata a Diputada nacional del FpV para este año, en el puesto ocho, casi con entrada segura.

¿Qué mandato honrará Raverta si le toca entrar? ¿El de 2013, con dos años por delante, o el de 2015 que se estira hasta 2019? Si va por la segunda opción, el movimiento de casillas llegaría hasta el intendente de Cañuelas, Gustavo Arrieta, que firmó en el puesto 15 en la sábana de 2013.

Arrieta es candidato a reelegir en su distrito, secundado por su esposa, Marisa Fassi. Ya en 2011 se ausentó del cargo para desempeñarse como Ministro de Asuntos Agrarios, pero el pago chico tiró y decidió retornar al poco tiempo. ¿Qué lo tentará más? ¿Cuatro años en el sillón o dos años en una banca del Congreso? Sólo él lo sabe.

Si Arrieta se inclinara por permanecer al frente del municipio, el sabbatellista Adrián Grana, que firmó 16º en 2013, tendría su oportunidad. Claro que entonces se encontraría ante una disyuntiva similar a la de Raverta. Se le acaba el mandato en la Legislatura, pero tiene la oportunidad de legislar hasta 2019. Figura séptimo en la boleta nacional del FpV: casi seguro que entra.

¿Quién sigue entonces? Mónica Susana Arnaldi, la esposa de Raúl Othacehé, intendente de Merlo, con pasado en el Congreso, hoy concejal del distrito y presidenta del Consejo de la Mujer. Pero Arnaldi también hizo planes para 2015: Aparece primera en la línea de sucesión de su esposo a nivel local.

Claro que el lugar tiene un reaseguro: segundo firmó Pablo Ignacio Othacehé, hijo del Vasco, con lo cual es dable a pensar que la primera dama de Merlo termine optando por la banca de Magario. Si falla esa instancia, el platense Gildo Onorato, del Movimiento Evita, el 18º de la lista, podría ocupar su lugar.