La lista de Larreta


Larreta piensa en Moccia  para cuidar su Gabinete

Quiere ministros leales que le permitan transitar una gestión eficaz. Temor en el PRO por sus ansias renovadoras. El rol de Vidal.




“Horacio va a ser su propio jefe de Gabinete”. La frase pertenece a un ministro muy cercano a Mauricio Macri y de estrecha relación con el flamante jefe de Gobierno que administrará la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hasta diciembre de 2019.

Corta y contundente, la oración explica la obsesión de Horacio Rodríguez Larreta por el trabajo y el énfasis en la gestión diaria que tratará de presentar durante los próximos cuatro años. Al mismo tiempo, advierte que el sillón que dejará vacante a partir del 10 de diciembre le importa. Mucho.

El jefe de ministros de Macri -desde 2007- aprovechó todos estos años para aceitar su vínculo con los titulares de las carteras del Gobierno porteño, con los secretarios y subsecretarios. Cuando el PRO no pudo evitar la interna y el reemplazante del ex presidente de Boca estaba entre Gabriela Michetti y Rodríguez Larreta, la mayoría del partido se volcó por este último.

Son pocos los recuerdos de tensiones entre algún ministro y el reemplazante del actual alcalde, aunque todos acontecieron cuando en el partido amarillo se hablaba de la sucesión.

En 2011, el por entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, el actual senador Diego Santilli, osó comentar que preferiría que Michetti fuese la candidata a jefa de Gobierno y Larreta no lo perdonó. Le cerró el grifo de partidas de la Jefatura de Gabinete y la guerra fría terminó por catapultar al peronista de esa cartera, que pasó a ocupar Edgardo Cenzón.

El tiempo pasó y muchas cosas cambiaron. Ese año Macri no fue candidato a presidente y la guerra interna cesó. Cuatro años después, Santilli se la jugó por Rodríguez Larreta y fue ungido como vicejefe de Gobierno. Todo quedó atrás.

Este año, la pelea por la sucesión volvió a dividir aguas. Con “El Colo” ya definido, el ex interventor del PAMI vio como Daniel Chaín (Desarrollo Urbano), Guillermo Montenegro (Justicia y Seguridad) y Hernán Lombardi (Cultura) se inclinaban por la ex vicejefa de Gobierno porteño en las primeras internas que atravesó el PRO desde su fundación. Nuevamente, hubo reproches para quienes eligieron respaldar a Michetti, aunque esta vez también fue el propio Macri quien fogoneó ese malestar. Eran tiempos en que se ninguneó y buscó desestabilizar la candidatura de la senadora porque no había aceptado bajarse para ser candidata a vice. Luego de las PASO, ambos recompusieron la relación y hubo fórmula nacional para el 9 de agosto.

Una vez atravesada la interna, el michettismo se dio un “baño de humildad”, aceptó la derrota y comenzó a trabajar en la campaña de Rodríguez Larreta. Las asperezas se limaron, pero nadie se olvida de la furia del larretismo con los ministros que más animaron a la ahora candidata a vicepresidenta de Macri. En especial con el titular de la cartera de Cultura, a quien se le acusa de empapelar la Ciudad, en tiempos en la que interna macrista era feroz, con afiches que relacionaban al electo jefe de Gobierno con la trágica muerte del médico René Favaloro. También se lo acusó de enviar correos electrónicos a los militantes del Partido Demócrata Progresista con información sobre esa situación.

La amistad de Chaín con el líder del PRO y el apoyo explícito de Montenegro a la campaña de Larreta, y el buen funcionamiento del sistema de boleta única electrónica, dejaron en un escalón más arriba a ambos y las luchas del pasado se olvidaron.

Con este pasado y con el presente de la elección que ganó por escasos tres puntos, Rodríguez Larreta deberá diseñar el plantel de ministros y secretarios con el que gobernará la Ciudad de Buenos Aires los próximos cuatro años. En la Jefatura de Gobierno de Parque Patricios hay quienes relativizan la autonomía del sucesor de Macri para seleccionar a su Gabinete y quienes aseguran que el actual jefe de Gobierno no intervendrá demasiado.

No obstante, desde ambos sectores coinciden en un punto: el Gabinete no se conocerá hasta fin de año. “Hasta el 10 de diciembre no va a pasar nada”, apuntó un hombre con despacho en el moderno edificio diseñado por Norman Foster.

Sólo se sabe que Larreta confirmó a los suyos que todavía no informará sobre su selección de colaboradores y que tiene la intención de hacer luego de que asuma en la Jefatura de Gobierno; es decir, a partir del 10 de diciembre. De todas formas, sus propios colaboradores no dudan de que el jefe de ministros ya tiene en mente los nombres de los hombres y mujeres que lo acompañarán hasta el 2019. “Horacio no lo dice y no lo va a decir, pero él, por lo obsesivo que es, ya tiene en su cabeza a su grupo de ministros”, contó el titular de una cartera porteña.

Con todo, Larreta tiene definidas tres acciones futuras: piensa “cuidar” el sillón que queda vacante en la Jefatura de Gabinete, renovar a buena parte de los ministros y plagar el edificio de Parque Patricios de asesores leales. Para eso, piensa en Franco Moccia como “títere” y lo enviaría a su actual oficina para hacerse cargo del rol de coordinador de ministros. El subsecretario de Planeamiento y Control de Gestión del Gobierno porteño es un ejecutor de las direcciones de Rodríguez Larreta y sigue de cerca la labor de los ministros macristas.

A priori, en el PRO ya plantean una diferencia entre Macri y Larreta. Mientras el primero confió plenamente en sus ministros y escuchó religiosamente sus avances y propuestas en las reuniones de Gabinete de los miércoles, el funcionario todoterreno del PRO ejercería un rol más cotidiano en la gestión. Es decir, por más que sea jefe de Gobierno no se alejaría de su obsesión por conocer en detalle cada obra, trabajo y avance de la gestión. Bajo esa lógica, es clave contar con un hombre suyo en la Jefatura de Gabinete para poder controlarlo y marcarle el camino.

En caso de que los resultados no sean los esperados en la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal se haría cargo de controlar a los ministros. También suena el nombre del director ejecutivo de Cippec, Fernando Straface, que es amigo personal de Larreta. Se lo nombra como jefe de Gabinete pero podría ocupar otro espacio en la órbita de la administración porteña.
Los actuales ministros y secretarios temen por una intención “renovadora” del electo jefe de Gobierno que dejaría afuera a muchos de los funcionarios que acompañan a Macri desde hace ocho años. “Hay que renovar la gestión, darle un aire nuevo”, reconocen desde el entorno de Larreta.

El camino parecería más fácil que conflictivo. Hay ministros que ya susurran por lo bajo que no quieren continuar en sus cargos, entre ellos Daniel Chaín (Desarrollo Urbano) y Francisco Cabrera (Modernización). Mezcla de desgaste de la gestión y cansancio de las intervenciones de Moccia en sus tareas diarias, el combo que explica la intención de abandonar sus lugares.

El ministro de Educación, Esteban Bullrich, continuaría al frente de esa cartera por la buena relación de amistad que lo une con Rodríguez Larreta y porque es uno de los funcionarios más destacados por Macri. Le reconocen que puso orden en el caos que desataron la gestión de Mariano Narodowski y el fugaz paso de Abel Posse por el edificio de la Avenida Paseo Colón.

Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social, permanecería en su cargo por el rol activo en la campaña de Larreta. No hubo foto en la que no apareciese y, hasta último momento, sonaba como vicejefa de Gobierno. Como informó este portal, la ex kirchnerista Graciela Ocaña activó hace meses gestiones desesperadas para quedarse con el Ministerio de Salud, incluso aunque no forme parte del PRO. El jefe de Gobierno electo la premiaría por contribuir en la quita de votos a Michetti durante las PASO de abril.

Guillermo Montenegro (Justicia y Seguridad) y Néstor Grindetti (Hacienda) compiten por las intendencias de San Isidro y Lanús respectivamente. Ambos fueron respaldados por Larreta en esas tierras y son elogiados por su gestión, por lo que en caso de no salir victoriosos renovarían el comando de esas carteras.

La situación de Hernán Lombardi, el ex Grupo Sushi que desde 2007 se hizo cargo del Ministerio de Cultura de la Ciudad, es muy distinta. El propio Macri le destaca su gestión en público y pondera positivamente su labor, ya que cumplió al pie de la letra sus indicaciones: privilegió los festivales internacionales que atraen turistas, como el de Tango. No obstante, en tiempos en que la interna entre Michetti y Larreta ardía, el ex radical quedó mal parado.

“Se lo tomó personal”, rezongaban en el entorno de Rodríguez Larreta. A Lombardi, además de los afiches antes descriptos, le imputan una insistencia constante a Michetti para que compita en la Ciudad y se rehúse a aceptar ser la vice de Macri, candidatura a la cual luego accedió. “Esto fue una interna partidaria, fue política. Pero Lombardi se lo tomó como una guerra y esto no fue una guerra”, contó un ministro que reporta a Larreta.

A pesar de que se acabaron los roces una vez que todo el PRO trabajó para lograr que Larreta sea electo jefe de Gobierno, el enojo con Lombardi persiste en buena parte de la dirigencia que sigue al todavía jefe de Gabinete. El larretismo no hizo caso al perdón que Macri le concedió al ministro de Cultura en Mar del Plata. Al finalizar el encuentro de la Mesa Nacional del PRO en el complejo Torres de Manantiales, propiedad de Lombardi, Macri se le acercó y lo felicitó. “Muy bien ministro, excelente la atención de sus empleados. Gracias”, le dijo.

Larreta ya piensa en su reemplazante y en el puesto número uno se ubico un ex colaborador de Lombardi y ex funcionario del ex presidente Fernando De La Rúa, el actual director del Teatro Colón, Darío Lopérfido.

Por último, desde hace tiempo se habla en el PRO de la posibilidad de dividir las carteras de Seguridad y Justicia. El vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, pelea por sacar tajada de esa división y quedarse con Seguridad, mientras que el operador judicial de Macri y presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, hace rato que busca poner gente de su entorno en la cartera de Justicia.