Quiénes son los indignados argentinos



Nadie quiere matar a un muerto

Por Jimena Sabbag

¿Qué motiva a una persona a colgar una soga con un nudo en Plaza de Mayo, y sostener un cartel en el que se lee “Muerte a la kretina”?¿ Qué lleva a que una persona viva indignada y en desacuerdo con todas las políticas de un gobierno elegido por la mayoría?, ¿qué lleva a transformar al kirchnerismo en mala palabra? y ¿Quiénes son los” indignados argentinos”?


Todos estos interrogantes surgen de la actual situación que se vive en la sociedad argentina. Tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, los consumidores de medios recibimos mucha información. Tal vez todo esto resulte un tanto confuso y estemos perdidos, tal vez en esa confusión haya intereses escondidos.


Hablar de los indignados argentinos no es tarea sencilla. Primero habría que definir esta porción en cuestión. Es decir, un sector de la población que vive en constante descontento con las políticas del gobierno kirchnerista. Más allá de adherir o no a una política de gobierno, ¿puede este gobierno hacer todo mal o hay algo detrás que pueda explicar tanto odio e indignación? ¿Por qué una persona que destaca alguna actitud positiva es tildada de kirchnerista? ¿Por qué la polarización nos hizo tener que ubicarnos de un lado o del otro?


Los medios de comunicación y los nuevos soportes tecnológicos reproducen casi de forma inmediata el mensaje en la actualidad. ¿Dónde quedó el espacio para pensar, para el análisis, para el silencio y la duda? No hay tiempo. Las cosas pasan y hay que expresarse, sea a favor o en contra pero hay que expresarse. ¿Cómo quedarnos afuera de emitir opinión sobre tamaños acontecimientos que sucedieron en los últimos meses o en los últimos años?


Es que todo ocurre muy rápido y hay que contarlo así. Ya nadie se detiene a leer notas largas y con palabras raras, cada vez son menos a los que no les da pereza pensar en el medio de la vorágine y la rutina. La información digerida es más sencilla, corta y fácil de comprender. Repetir. Repetir al otro día en la oficina, en el bar, en el club, en una cena familiar. Repetir sin entender que en esa repetición son los intereses de otros los que se están defendiendo con las fuerzas de los propios. ¿Nuestra opinión es nuestra?


¿Siempre fue así o cambió con la llegada del kircherismo?, ¿Fue desde que se desató la batalla entre los medios dominantes y el actual gobierno o siempre existieron los “indignados argentinos”?


Para entender un poco más sobre este fenómeno, Notas consultó a dos sociólogos: Artemio López, para que explique el por qué del descontento social y el odio desmesurado hacia el kirchnerismo y al sociólogo y docente de la UBA Diego Ezequiel Litvinoff para referirse a la utilización de las redes sociales como herramienta de expansión del discurso dominante.


“Nadie quiere matar a un muerto”


“La construcción de ideología hoy está fuertemente ligada a los medios. El individuo cree que es él el que piensa lo que dice. A lo largo de la historia argentina siempre fue igual, acá la novedad son los soportes, el resto no es nada sorprendente. Los soportes amplían las audiencias y brindan más capacidad de adhesión, el objetivo siempre fue el mismo”, dice Artemio López, sociólogo y titular de la consultora Equis, en diálogo con Notas.


El analista sostiene que hay una mayor intervención de los medios como partido político opositor: “La actividad de los medios es más intensa y más agresiva y que es producto de las características del kirchnerismo que tocó intereses que nunca se habían tocado contra estos medios”, dice.


“Esto cada tanto replica. Este es un año estratégico y hay determinados medios que harán todo lo posible para que el kirchnerismo no se mantenga en el poder. Una parte de la desesperación y de la intervención tan drástica de los medios opositores es porque ven esa posibilidad, nadie que matar a un muerto. La intervención contante es para gastar la imagen de la presidenta porque saben que el kirchnerismo es la fuerza más grande”, dice Artemio López.


“Las nuevas tecnologías privilegian el mensaje breve”


El sociólogo y docente de la UBA, Diego Ezequiel Litvinoff, cuenta que las nuevas tecnologías privilegian el mensaje breve, que no exija mucho tiempo para su elaboración ni para su comprensión. “Le dan valor a la velocidad, lo que lleva a potencializar las impresiones por sobre las reflexiones. Y, lo más importante, bajo esas condiciones, ya no se invita al silencio, las nuevas tecnologías exigen hablar, exigen expresarse. Se establecen las condiciones del discurso y luego, exigen que se hable”.


Además sostiene que la oposición define su identidad negativamente y que se afirman en una diferencia. Que usan el desprestigio de las personas en lugar de argumentar sobre políticas: “Denuncian la corrupción y la delincuencia cuando lo que no toleran es la interpelación a los sectores populares”, sostiene Litivinoff.


“Las redes sociales pueden servir como mecanismos de resistencia a poderes que censuran y persiguen y su uso puede ser útil a las causas más nobles. Pero también pueden funcionar muy bien para articular las prácticas más nefastas, generándose bullying, contribuyendo a la confusión, difundiendo mentiras, armando operaciones desestabilizadoras de la democracia”, explica el sociólogo.


Litivinoff cuenta que los sectores opositores al gobierno, que encontraron en las nuevas tecnologías un medio de expresión y comunicación muy fértil para expresar su descontento. “Se trata de una carencia política. No ha surgido, a lo largo de los últimos años, ningún referente de la oposición que sea representativo de esos sectores opositores. La ausencia de referentes con los que se sientan representados los lleva a encontrar en estos mecanismos la forma de expresarse”, explica.


Invitar a la reflexión, al silencio, a la pausa y a pensar, en las redes sociales no es tarea sencilla. Ahí estarán los “indignados” para demostrar su descontento. No es nuevo que exista este grupo de personas, a lo largo de la historia argentina siempre estuvieron. Tal vez en lo que se diferencien ahora sea en los soportes tecnológicos que tienen para expandir sus ideas: Twitter, Facebook, blogs, entre otros, y en seguida compartirlas con los demás y obtener muchos “me gusta” a cambio.

@JimeSabbag