Pablo Iglesias, Podemos y "Game of Thrones" como modelo de construcción de poder



El líder de Podemos coordina un ensayo colectivo sobre la serie de televisión




"Ganar o morir". Ese es el ¿inquietante? título del ensayo sobre la serie televisiva "Juego de tronos" que acaba de publicar Akal. Lo ha coordinado Pablo Iglesias, líder de Podemos y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. El volumen analiza el contenido de este producto televisivo desde múltiples puntos de vista, y aparte del propio Iglesias, encontramos artículos de otros dirigentes de esta organización política, como Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o Luis Alegre, así como de de Tania Sánchez, dirigente de Izquierda Unida y pareja de Iglesias, o también de diversos filósofos y juristas.

Iglesias, en el prólogo, muestra su identificación primero con Tyrion y luego con el personaje de Daenerys Targaryen, Khaleesi. Antes, el coordinador del ensayo empieza preguntándose: "En la situación de emergencia social en que nos encontramos (...) ¿qué sentido tiene dedicar tiempo a escribir un libro sobre 'Juego de tronos'? ¿No es acaso una tarea ociosa? ¿No hay asuntos más importantes a los que prestar atención ante el drama social y político en que estamos inmersos?". Y se responde que la clave del éxito de esta serie, basada en las novelas de George R.R.Martin, no es solamente por su "combinación eficaz de intrigas, violencia, aventuras y sexo" sino que también tiene que ver "el escenario de destrucción del orden civil y político" que se presenta, así como "la lucha a muerte por la conquista del Trono de Hierro", que conecta con el pesimismo actual y "cierta conciencia oscura del fin de nuestra civilización occidental tal y como la conocemos".




Como en los reinos de la ficción, continúa, hoy "los gobernados tienen cada vez menos razones para la obediencia" y los gobernantes "se comportan de un modo semejante a como Joffrey piensa que le basta estar sentado en el Trono de Hierro para ser reconocido por todos como el legítimo representante del poder".




¿Por qué Iglesias se fija en el personaje de la Khaleesi? Porque la serie nos enseña que "no hay nunca espacio para la legitimidad meramente en abstracto, para una legitimidad que no esté dispuesta a convertirse en poder político alternativo y, en este sentido, a disputar el poder". Por eso, ella "es perfectamente consciente de que en un mundo terrible es preciso tener el mayor ejército, las mejores armas (los dragones) y saber mandarlos sin que tiemble el pulso". Daenerys Targaryen "sabe, por su propia experiencia, que la elección real para los débiles nunca es 'que haya poder o que no haya poder', sino que el poder lo tengan quienes ponen cadenas o quienes quieren acabar con las cadenas". Ella puede ser una líder en quien todos confíen pero también sabe que "sin dragones no podrá ser una verdadera líder ni liberar a ningún pueblo".




La guerrera atesora legitimidad, "ya sea -prosigue Iglesias- comiendo un corazón crudo, hablando la lengua nativa de su pueblo, sobreviviendo al fuego, alumbrando a tres dragones o liberando ciudades enteras de esclavos". Y destaca la escena en que, cuando la traductora anuncia a los esclavos liberados que deben su libertad a la Khaleesi, "esta le manda callar, y pronuncia las siguientes palabras: 'No me debéis vuestra libertad. No puedo dárosla. Vuestra libertad no es mía para dárosla. Os pertenece a vosotros y solo a vosotros. Si queréis recuperarla, debéis tomarla vosotros mismos. Todos y cada uno de vosotros'".




Iglesias explica que Daenerys "sabe que tendrá que empoderarse también sobre Poniente entero, sobre los Siete Reinos, a lomos de sus ejércitos y sus dragones, o de lo contrario la paz que conquiste para ella como mujer y para los esclavos será temporal: los débiles necesitan el poder del trono, la potencia pública, más que los fuertes, pues estos ya tienen su propio poder privado y con él oprimen a los débiles y se defienden de otros fuertes".




En el personaje de Eddard (Ned) Stark, el coordinador del estudio simboliza una suerte de anarquía improductiva. Iglesias cree que la legitimidad sin poder está incompleta. Ned "es sin duda alguien moralmente intachable, es un héroe moral" pero el mundo que resulta de sus acciones es un mundo "donde los inocentes tienen que escapar y esconderse mientras tu cabeza rueda por el suelo". Frente a eso, él opta por la alternativa de Khaleesi, "un mundo donde queda margen de maniobra para empoderarse y neutralizar el despotismo y la tiranía".




"Estamos hartos de los juegos de los grandes señores", asegura Iglesias al final de su prólogo, donde cita al taimado personaje apodado Meñique, Lord Petyr Baelish: "Algunos hombres tienen la suerte de nacer en la familia apropiada; otros deben buscarse su propio camino".




Bienvenidos a la batalla.