Circulares rojas y algunas contradicciones

Khallil se queja de Timerman y manifiesta la molestia de Teherán: “El ruso este de mierda se mandó alguna...estaba firmado algo, donde estaba el tema de las cautelares” (ff.116 y 143). En otra conversación dice que “Timerman no cumplió con algunas cosas” (f.95). Esto contradice la reiterada acusación de Nisman a Timerman, quien habría hecho todo lo posible para conseguir el levantamiento de las órdenes de captura y las alertas rojas de Interpol.

El dictamen de Nisman carece de congruencia interna. Por un lado, en la foja 143 consigna el fastidio de los iraníes con Timerman, a quien llaman ruso de mierda, porque no cumplió con el levantamiento de las alertas rojas de Interpol. Pero al mismo tiempo, en la foja 212 pretende que por orden de Cristina, Timerman tramitó aquello que los iraníes le reprochan no haber hecho.

Más contundente es la contradicción entre lo que el fiscal le atribuye a Timerman y la versión del Secretario General de Interpol, Ronald Kenneth Noble, quien explica qué es lo que hizo el ministro que tanto molestó a los iraníes. En su edición de ayer, Clarín reproduce un cable de la agencia noticiosa oficial de Irán. En ese despacho del 17 de marzo de 2013 Irna reproduce palabras del canciller Ali Akbar Salehi: “Basado en el acuerdo firmado por Irán y Argentina, la Policía Internacional (Interpol) debe levantar las alertas rojas contra cuatro funcionarios iraníes”. Para el diario argentino esto probaría que Timerman “no dice la verdad”. Parece una confusión interesada: para cualquiera que observe de buena fe es obvio que Irán pretendía el cese de las alertas rojas, pero las pruebas de que el gobierno argentino hizo todo lo contrario abundan, en la propia acusación de Nisman, donde los interlocutores iraníes maldicen al canciller por no haber actuado como ellos deseaban y en el rotundo mail de Noble.