Ocaña arregló con el PRO, pero si desdoblan será candidata de Massa


La "hormiguita saltarina" Ocaña se arrimó al PRO y ya discutió con Ritondo
La legisladora de Confianza Pública se mostró junto a Rodríguez Larreta. Horas después, vinculó al vice de la Legislatura con Massa. ¿Se viene el cambio (otra vez)?





En la recta decisiva de cara a las elecciones de 2015, cada movimiento provoca un cataclismo en el firmamento político. Fotos, mensajes cruzados, elogios: clásicos coqueteos electorales. Ahora la nota la dio la exdiputada nacional Graciela Ocaña, que se sumó al PRO reforzando la mayoría del oficialismo porteño en la Legislatura y una eventual candidatura en la Ciudad.

La confirmación del pase provino del precandidato a jefe de Gobierno y competidor de Larreta, Cristian Ritondo, quien celebró la llegada de Ocaña al partido liderado por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri. "Damos la bienvenida a Graciela Ocaña al PRO, así tenemos ahora 30 diputados", señaló.

La primicia que lanzó Ritondo, sin embargo, no le cayó bien a Ocaña que -sin desmentir rotundamente la información- envió un tuit cargado de ironía: “La bienvenida q le da @cristianritondo a @gracielaocana será la misma q el massismo le dió a él?”, se preguntó, al reenviar un tuit de una de sus seguidoras.


La exministra de Salud se mostró este viernes junto al jefe de Gabinete metropolitano, Horacio Rodríguez Larreta, en un acto en un centro de jubilados de La Boca, en lo que fue leído como una muestra de la sintonía que existe entre la referente del bloque Confianza Pública y el macrismo.

El legislador por Confianza Pública Daniel Amoroso, cercano a Ritondo, habría cumplido un rol clave en el desembarco de Ocaña al macrismo. Amoroso integró el oficialismo porteño, pero se había alejado para sumarse a la campaña de Francisco de Narváez.

Desmentida. Pese a su acercamiento, Ocaña descartó una connotación política o una alianza, al aclarar que habla "con todas las fuerzas políticas" de cara a las elecciones del 2015 en la ciudad de Buenos Aires.

“No soy de aquí ni soy de allá”. Las prácticas camaleónicas constituyen el arte más antiguo en la política vernácula. Subsistir más allá de cualquier fuerza política, la premisa. El pase de Graciela Ocaña al PRO constituye el sinceramiento de un vínculo que siempre, desde sus escarceos con el macrismo en las elecciones legislativas de 2013, fue un secreto a voces.

Ocaña también esta sosteniendo conversaciones con Sergio Massa, que en caso de un escenario de elecciones unificadas, le serviría para llevar un boleta larga potente. Con Massa acordó, en caso de visibilizarse el acercamiento, ir a ver como funcional el botón anti pánico en un centro de monitoreo de cámaras en Tigre.

La Hormiguita comenzó militando en el peronismo, pero el ascenso de Carlos Menem al poder la espantó. Pudo encontrar refugio en el Frente Grande -luego Frepaso-, encabezado por Chacho Álvarez, espacio en el que fue electa diputada bonaerense en 1999. Luego saltó al ARI, liderado por Elisa Carrió, donde fue reelecta diputada en 2003. Sin embargo, la relación entre ambas dirigentes estalló por los aires, cuando Ocaña fue designada por el expresidente Néstor Kirchner como interventora del PAMI. En 2007, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la nombró ministra de Salud, cargo que abandonó en 2009 al denunciar la mafia de los medicamentos y los desmanejos en las cajas de las obras sociales de los sindicatos.