Por Rubén Weinsteiner
Cuando analizamos la oferta política que pretende interpelar al segmento joven, la oferta de los medios masivos para los jóvenes, o la oferta de bienes y servicios de consumo para ese segmento, nos encontramos con un mismo mercado de sujetos de acción y elección, con sistemas de preferencias muy diferenciados en lo que hace a consumir y en lo que hace a votar.
Cuando analizamos la oferta política que pretende interpelar al segmento joven, la oferta de los medios masivos para los jóvenes, o la oferta de bienes y servicios de consumo para ese segmento, nos encontramos con un mismo mercado de sujetos de acción y elección, con sistemas de preferencias muy diferenciados en lo que hace a consumir y en lo que hace a votar.
Es el mismo sujeto de acción y elección, entre 16 y 30
años, que camina entre góndolas, de remeras,
cervezas, celulares o autos, de
programas de tv, radio o sitios web, y de candidatos a puestos electivos.
Cuando se construye una oferta para vender bienes y
servicios, lo que prima son las
preferencias individuales de la gente, aun cuando tengan un sentido colectivo-
tribal, enmarcado en tendencias, modas y mandatos, porqué el dinero en la
billetera, determina la preeminencia en
la decisión, de la especificidad conductual individual por sobre el mandato
tribal.
El joven gasta solo
pero no vota solo
El joven va al mercado electoral con sus razones, convicciones,
deseos y emociones, que se van
construyendo en tiempo real y en forma
permanente, desde su mundo interior de
imágenes, valores, creencias y actitudes, como así también desde sus intercambios con los
demás integrantes de la tribu, a partir de la decodificación tribal e
individual de los mensajes enviados por la oferta política. De esa construcción,
resulta la agregación de demandas, que
constituye el sistema de preferencias del segmento joven.
Demanda agregada tribal
Los electores jóvenes pueden ser analizados en forma
individual, pero de hecho conforman sus
sistema de preferencias en forma colectiva, desde la agregación de demandas individuales, resultante interactiva, más que una suma de decisiones individuales.
La probabilidad que
seis jóvenes reunidos en un bar pidan lo mismo,
que si cada uno de estos estuviera solo,
es de un 15%. La probabilidad que seis adultos mayores de 40 años, pidan
los mismo estando juntos o cada uno solo por separado, aumenta a un 60%. La
decisión en ambos casos, se modifica por
el hecho de la reunión y el carácter no secreto de la opinión expresada.
En el segmento joven, para que la diferencia entre el todo y las
partes sea sensible, no es indispensable
que los jóvenes estén reunidos físicamente en una sala. La conformación de
colectivos de agregación de demandas se da porque el joven difícilmente está
solo, en la esquina, en la escuela, en el club, en la universidad, en la web 2.0 y
3.0, en el trabajo, en un grupo de
amigos, o en marcos de pertenencia y pertinencia como las tribus urbanas, bandas,
equipos de futbol, un deporte, una
afición o una disco. El achicamiento del espacio público real y la expansión del espacio público
virtual, ponen al joven en espacios
colectivos, que los mayores de 40 años pueden
y suelen evitar con mayor facilidad.
Para que la comunicación
con el segmento joven sea
emocionalmente persuasiva y técnicamente informativa, y no al revés, se debe tener en cuenta que es
más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por
afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los medios o los
políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen
con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no
entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, acóstate temprano, no te
quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual,
las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
En la mayoría de los casos donde las consecuencias no
revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a
favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y
legitimación social.
La conformación de la demanda agregada, conlleva una
legitimación implícita y demandada de
valores, sentimientos, necesidades,
deseos y aspiraciones, colectivas tribales. Esa legitimación se constituye en el corazón de la demanda agregada joven.
La demanda agregada, a través del reconocimiento y la
identificación con la tribu en tanto colectivo ordenador , es el eje de la racionalidad instrumental del
voto joven. Para el joven, identificación es amor, para los adultos mayores identificación, es solo empatía.
El abordaje de la
demanda agregada joven, como un sistema dinámico y complejo, es una de las
precondiciones para cualquier construcción discursiva, políticamente
significativa, para la interpelación y colonización de subjetividades dentro
del segmento 16-30.