La TV cada vez más vieja, la Web social cada vez más joven


 Rubén Weinsteiner

La consultora Moffett Nathanson Research asociada a MARCAPOLíTICA, reveló que creció la edad promedio de los televidentes de los programas más vistos en EEUU: ya supera los 50 años. En cambio, los menores se inclinan por seguir las series vía web


Una persona de 50 años aún no está en la tercera edad, y si esa es la media significa que mucha gente joven aún mira televisión. Pero no es la foto lo que preocupa a los dueños de las grandes cadenas, sino la película.


La tendencia de los últimos años muestra un acelerado envejecimiento del promedio de edad de los telespectadores. Según la investigación de Moffett Nathanson Research, difundida por The Washington Post, la media de 53,9 años correspondiente a la temporada 2013-2014 es un 7% más elevada que la de cuatro años atrás.


Si se tiene en cuenta la edad de todos los espectadores, no sólo de los programas más vistos, se verifica la misma tendencia. Actualmente es de 44,4 años, un 6% más que en 2010.

Los programas más vistos de la TV norteamericana tienen espectadores de más de 50 años promedio

Para tener real dimensión de la intensidad de este proceso de envejecimiento, basta compararlo con el de la población en general. La edad media de los estadounidenses es hoy 37,2 años, sólo 1,9% mayor que hace una década.

"El cambio demográfico en los espectadores es consecuencia de una combinación de factores, que van desde una menor tasa de penetración de la televisión entre los menores de 25 años, a un incremento en el uso de las nuevas tecnologías entre los menores de 55", explicó Michael Nathanson, autor del informe.


Las nuevas generaciones quieren decidir qué ver y cuándo hacerlo

La causa preponderante del cambio parece ser que las nuevas generaciones quieren decidir qué ver y cuándo verlo, algo que la esquemática programación televisiva no permite. El dato más evidente de esta realidad es que en los últimos años cayó un 13% la audiencia de la televisión en vivo.

La única franja etaria que se mantiene fiel a sus shows es la que va de 55 años en adelante.

En este contexto, los servicios que ofrecen series y películas online a cambio de una módica suma, como Netflix, no paran de crecer entre los más jóvenes. Por eso, algunas grandes cadenas tradicionales, como la deportiva ESPN, intentan seguir el ejemplo y poco a poco suben a internet una creciente proporción de contenidos.


El desafío de los creadores de contenidos de TV, de los programadores, los medidores de audiencia y fundamentalmente de los anunciantes, pasa por poder acompañar y asumir este cambio de paradigma en las nuevas formas de consumir por parte del público.
Diego Capussotto se quejaba con humor de su jefe el Sr You Tube, lo cierto es que el programa del genial humorista, nunca levantó en el rating de Ibope, pero sus videos tienen uno de los ratings mas altos en You tube en materia de contenidos Argentinos.

Esta nueva forma de ver televisión, deja atrás lo que llamábamos broadcasting, la emisora que emite contenidos y el público que sentado frente al televisor consume en el horario que el programa sale al aire. Esta forma de consumir aceptada por los Baby boomers( explosión demográfica post segunda guerra mundial), aquellos que nacieron entre el 45 y el 64, choca contra los hábitos de la generación Y (80-90) y por supuesto con la generación Google (90 en adelante)que en lugar de esperar el brodcasting, hacen su pull (tirar) casting.
Estos grupos no tienen ni paciencia ni ganas de sentarse frente a la TV a esperar que luego del corte…, ellos quieren ver lo que ellos quieren, y no les que les prometen y luego cumplen a medias animadores de 1.0. Y la segunda variable fundamental del nuevo paradigma es el cuando.

Este control absoluto del tiempo es un cambio que no tiene vuelta atrás, ya no alcanza con grabar, aún con las sofisticadas opciones de grabado múltiple y visualización casi en tiempo real, sin dejar de grabar, de los proveedores de cable, el nuevo paradigma plantea que el diálogo social en la Web 4.0 diga que es lo que “hay que ver” y luego en los tiempos propios de cada uno, verlo, bajarlo, enviarlo, comentarlo y hacerlo disparador de la charla social en las diferentes plataformas.
La atomización del rating a favor del cable de los 90, hoy atraviesa una segunda atomización a favor de Internet, solo que esta vez no hay merma en el rating, esta vez el rating se sostiene, lo que ha cambiado es la forma de consumir, lo que plantea un nuevo escenario para los creadores de contenidos, programadores, empresas de medición y fundamentalmente anunciantes.