Crece Dilma Rousseff, cae Marina Silva y hay empate en segunda vuelta

La carrera es ya cabeza a cabeza. Las últimas encuestas revelan la reducción de la amplia diferencia que tenía la opositora para el balotaje y ahora las dos candidatas aparecen igualadas en 42/43%.




















La presidenta brasileña Dilma Rousseff, que busca su reelección, tuvo una ligera recuperación en la intención de voto frente a su principal rival, la candidata socialista Marina Silva, conformando un nuevo escenario político para las elecciones nacionales del 5 de octubre próximo.

Los sondeos venían mostrando a Silva como virtual vencedora de la segunda vuelta, pero esto cambió en virtud de los contundentes ataques de la mandataria hacia su adversaria. De acuerdo a las últimas mediciones, ahora habría un empate técnico en esa instancia.

La reciente encuesta realizada por el instituto Ibope señala a Rousseff como la candidata más votada en la primera vuelta con el 39% de las preferencias, seguida por la socialista con el 31%. Mientras que la intención de voto de la presidenta subió dos puntos desde el 37% que tenía, la de la ambientalista bajó la misma cantidad desde el 33% que se le otorgaba hace sólo dos semanas.

La diferencia en primera vuelta entre la mandataria y su principal rival en estos peleados comicios se elevó a ocho puntos en pocos días, lo que llevó tranquilidad al equipo de campaña del oficialismo tras un período de incertidumbre.

En una eventual segunda vuelta, prevista para el 26 de octubre en caso de que ninguno de los candidatos obtenga más de la mitad de los votos, Silva y Rousseff están técnicamente empatadas según Ibope, con el 43% de intención de votos para la primera y el 42% para la segunda. Esto debido al margen de error del sondeo de Ibope que consultó a 2.000 electores en 137 municipios entre el lunes y el jueves de esta semana.

Muy detrás de ambas candidatas se ubican el senador socialdemócrata Aécio Neves, con el 15% de intención de votos, y el pastor evangélico y candidato socialcristiano Everaldo Pereira, con el 1%. El 8% de los consultados dijo que pretende votar en blanco en la primera vuelta y un 5% aún está indeciso.

El instituto Datafolha también reflejó esta mejora de la presidenta brasileña en segunda vuelta. Realizado entre lunes y miércoles, el sondeo le otorga a Rousseff el 43% de intención de voto y a Silva el 47%, lo que implica una reducción de la diferencia de siete a sólo cuatro puntos.

Los estudios de ambas encuestadoras confirman la recuperación de la jefa de Estado y un virtual estancamiento de Silva, que irrumpió como favorita luego de que el Partido Socialista Brasileño (PSB) la postulara como su candidata en el lugar de Eduardo Campos, quien falleció en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto.

Los analistas sostienen que el tiempo en televisión que la presidenta tiene para elogiar las acciones de gobierno y criticar los planes de Silva influyó en las preferencias ya que es más de cinco veces mayor que el de su adversaria. Según las leyes electorales brasileñas, los candidatos obtienen el tiempo para proselitismo de acuerdo con el tamaño de la bancada de su partido en el Congreso.

En los últimos días el equipo de Rousseff lanzó una dura campaña contra Silva. En uno de los más recientes comerciales del oficialismo se acusa a la ecologista de “entregar a los banqueros un gran poder de decisión” sobre la vida de los brasileños al proponer la autonomía del Banco Central. En el spot aparece una mesa redonda con banqueros discutiendo y luego en otra escena una familia en la hora de la cena que poco a poco se queda sin ensalada, sin jugo y luego sin platos ni cubiertos.

El caballito de batalla de Rousseff consiste en prometer la continuidad de los proyectos de infraestructura y más inversiones en salud y educación. Además dice que su gobierno ayudó a 42 millones de familias a escalar a la clase media y esquivó una crisis económica y de desempleo.

Silva, por su parte, promete un mejor uso del gasto público así como reformas políticas y fiscales. Y sostiene que sus adversarios se empeñan en atacarla haciendo circular rumores y mentiras de que disminuirá programas de beneficio social y se aliará con los bancos privados.