El perfil del candidato para 2015 en la mira del oficialismo

El dilema está presente en las conversaciones del kirchnerismo. La duda pasa por quién es capaz de retener y mejorar el importante piso electoral logrado por el Frente para la Victoria.

Por Martín Piqué

La pregunta por ahora está en segundo plano por la urgencia de la negociación con los fondos buitre. Pero el interrogante, que dispara el debate allí donde se plantee, está presente en todas las conversaciones de los votantes del Frente para la Victoria. ¿Cuál es la mejor estrategia electoral para competir en 2015? ¿Es preferible optar por un precandidato que garantice –supuestamente– mayor llegada a los sectores independientes, portador de una imagen moderada y hasta con guiños a la centroderecha? ¿O, por el contrario, el precandidato adecuado debe, como primer requisito, asegurarse poder representar a la franja de la sociedad –entre el 25% y el 33% de los votos, según quién sea el analista consultado– que ha venido acompañando con su voto al oficialismo, incluso en contextos desfavorables, como 2009 y 2013? Según Tiempo Argentino, el dilema podría resumirse en una dicotomía casi de eslogan. ¿Un candidato "propio", que refleje cabalmente la identidad kirchnerista, o un candidato "consensualista", que exprese el retorno del diálogo con algunos poderes corporativos? A un año y una semana de las PASO, la discusión ya está cruzando al FPV.

La polémica en torno a la conveniencia de elegir un candidato más kirchnerista, o de apostar por un perfil más ambiguo, que no se diferencie tanto de los opositoresMauricio Macri o Sergio Massa, tuvo su primer disparador hace 15 días, a partir de un posteo del sociólogo y encuestador Artemio López en su blog RambleTamble. Consultado por Tiempo Argentino, López insistió con su hipótesis, que pone el eje en la potencialidad del núcleo duro del voto kirchnerista, como base para luego sumar otros apoyos. "La historia del FPV prueba que lo primero que debe reunir un candidato es lograr la representación plena del espacio propio. Es lo primero que debe evaluarse a la hora de pensar en las candidaturas. Si el 33% que acompaña al proyecto kirchnerista, incluso en condiciones de cierta complejidad, se siente representado por ese candidato", aseguró.

Más allá de los contrapuntos, el diálogo con consultores y analistas permite encontrar algunos acuerdos. En el caso de la población que sigue con expectativa o se siente parte del proyecto encabezado por Cristina Fernández.

Para López, el problema de diferenciarse del FPV con la pretensión de ganar votos entre el campo adversario es que se corre el riesgo de perder el apoyo de la base electoral del kirchnerismo. "No vaya a ser cosa que, por buscar sumar voto independiente, terminen fragmentando el espacio propio. Porque si esos candidatos suman 7% u 8 % de voto independiente, pierden 10% del voto propio. Y si eso sucede, estarían parados en el mismo lugar. Por eso, yo sostengo que cualquier estrategia de precandidato kirchnerista que decida diferenciarse del kirchnerismo es el camino a una estrategia de derrota electoral segura", advirtió el director de Consultora Equis. "Los candidatos que están más instalados en términos de encuestas (en alusión a Daniel Scioli y Florencio Randazzo) son los que menos receptan el voto propio", agregó el encuestador.

El análisis de López despierta objeciones dentro de su propio campo, el de la investigación de opinión pública. Consultado por este diario, Juan Manuel Aurelio, uno de los directores de Aresco,quien se refirió a los precandidatos con nombres propios, puso el acento en las características y el comportamiento de la base electoral del FPV. Según su planteo, los votantes del oficialismo nacional son "los más fieles al espacio, independientemente de los candidatos", entre todos los sectores políticos. "Si uno consulta a los votantes del Frente para la Victoria, más del 80% de los participantes de las PASO, sea quien sea el que las gane, dicen que permanecerán dentro del espacio y no se irán", señaló Aurelio. Su tesis, contradictoria con la de López, se completa con una evaluación bastante favorable sobre la performance del gobernador Daniel Scioli. "En nuestros números no se refleja esa dificultad de Scioli para retener el voto del FPV. Yo lo veo creciendo a Randazzo, pero hoy Scioli es el que ganaría en la competencia por dentro del FPV", indicó.

Más allá de los contrapuntos, el diálogo con consultores y analistas permite encontrar algunos acuerdos. En el caso de la población que sigue con expectativa o se siente parte del proyecto encabezado por Cristina Fernández, esas coincidencias pueden resumirse en dos: la primera, que la figura de la presidenta –cuya imagen positiva está creciendo, Analía del Franco la ubica en 49% y Ricardo Rouvier algunos puntos por encima del 50%– está en condiciones de ejercer una influencia determinante sobre el voto de la base electoral del FPV. El segundo acuerdo refiere a la dificultad que tendría el oficialismo para afrontar con éxito un ballotage. La principal apuesta sería, entonces, alcanzar el 40% en las elecciones de primera vuelta con un margen de 10 puntos de diferencia por sobre la coalición partidaria que ocupe el segundo lugar.

"Cristina tiene posibilidades de ser electora. Y ese carácter de electora tendría un efecto mayor dentro del peronismo y del kirchnerismo. Pero, mientras tanto, lo que yo veo es que los senderos se van angostando, se van achicando, y eso favorece a Scioli, al que hoy tengo medido arriba de todos en las PASO. Está estabilizado, no sube ni crece", analizó Rouvier ante la consulta de Tiempo. "El camino de instalar un candidato propio todavía está abierto y va a tener como clave la participación de la presidenta. Porque Cristina es la única dirigente del FPV que representa al 33 % de la base electoral y que puede, por eso, transferir la capacidad de representación", evaluó López, quien no descarta que en los próximos meses salgan al ruedo nuevos precandidatos del oficialismo. Hasta ahora, se sabe, quienes han confirmado su intención de competir por la candidatura a presidente del FPV son Scioli, Randazzo, Sergio Urribarri, Agustín Rossi, Jorge Taiana, Julián Domínguez y Aníbal Fernández.

A juicio de los encuestadores, para que una fórmula presidencial llegue al 40% en primera vuelta debe superar un obstáculo complejo: la abundancia de candidatos competitivos por las distintas fuerzas partidarias: el FPV, el PRO, el Frente Renovador, el FaUnen y el FIT. "Son muchos candidatos como para que uno saque 40% en primera vuelta. Todavía falta mucho y está todo muy segmentado. Y en el caso de Scioli, yo no creo que esté perdiendo votos kirchneristas. Pero Randazzo se está presentando como más cercano a Cristina y eso le puede aglutinar más al votante del FPV", estimó Analía del Franco, directora de Analogías. Una contribución interesante a todos estos interrogantes puede surgir del análisis desagregado de la franja dispuesta a votar a los precandidatos kirchneristas: el llamado "voto duro" del FPV. Según la politóloga María Esperanza Casullo, docente de la Universidad de Río Negro y codirectora del blog Artepolítica, los votantes del FPV se pueden clasificar en tres categorías: kirchnerismo puro (la juventud que conoció la política a partir de 2003, identificada con los liderazgos de Néstor y Cristina Kirchner), peronismo kirchnerista y kirchnerismo no peronista. Atraer el voto de todo ese universo será el primer desafío de cualquier precandidato del FPV.

Textual

"¿Quién va a ser el candidato del FPV? Dios proveerá. Todos los que manifestaron su intención de serlo tendrán que competir": Jorge Capitanich, jefe de Gabinete.

Oporto propone una síntesis

"Yo creo que en las PASO se va a imponer aquel precandidato que sea capaz de lograr una síntesis entre el kirchnerismo puro, el kirchnerismo con más tradición peronista y el resto del peronismo, aquel que tenga un discurso más progresista, y más popular, porque el terreno del liberalismo económico y el conservadurismo ya está cubierto por Sergio Massa y por Macri, y va a ser difícil sumar votos de allí", aseguró a Tiempo Argentino el diputado nacional Mario Oporto.