El dilema de los demonizadores de Kicillof

 Acuerdo con Repsol y con el Club de París.


El primero se termina pagando en bonos a mediano y largo plazo la reestatización de YPF.
Repsol, ex dueña de la petrolera argentina, recibió el 50% de lo que pretendía. Con YPF el Estado no solo recupera una empresa que supo ser modelo entre sus pares de la región, sino que se convierte en dueño de Vaca Muerta, uno de los principales recursos energéticos de petróleo y gas no convencional del mundo y con incalculables reservas que pueden multiplicar varias veces el Producto Bruto Interno (PBI) del país.

El segundo punto es acuerdo con el Club de París. Negociado en su última faceta durante 20 horas corridas. El acuerdo, el mercado lo leyó como positivo. Una muestra de ello no sólo tiene que ver con lo que sostienen los economistas y empresarios, sino con ver cómo le fue a las acciones de empresas argentinas en el día de ayer: el Merval subió casi 2% y los bancos lo hicieron entre 5% y 7%.

Lo llamativo del caso, es que estas dos negociaciones fueron encabezadas por el ministro de Economía, Axel Kicillof, un hombre al que el mercado cuestiona y lo culpa de todos los males por los que atraviesa la economía local.

Hasta el diario económico Financial Times destacó ayer el acuerdo entre la Argentina y el Club de París y dejó un interrogante: “¿Finalmente cerrará también Argentina un acuerdo con los holdouts?, esa es la pregunta del millón”.

Ahora, si la Argentina logra salir airosa de la negociación con los Holdouts ¿qué va a de cir el mercado de Kicillof? Esa también es la pregunta del millón.