UNEN: Una alternativa electoral competitiva


En las elecciones legislativas de 2009, el Acuerdo Cívico y Social fue integrado por el socialismo, el radicalismo, el GEN de Margarita Stolbizer y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Fue una experiencia exitosa para el espacio político de centroizquierda, que reunió entonces el 30% de los votos.
En cambio, en las presidenciales de 2011 fue a elecciones dividido en tres. La candidatura de Hermes Binner por el FAP tuvo 17% de los votos, la de Ricardo Alfonsín por la UCR el 10% y la de Elisa Carrió por la Coalición Cívica el 2%. La suma da 29%, casi lo mismo que dos años antes, pero la división hizo que fuera la elección presidencial argentina con más diferencia entre el primero y el segundo, dado que Cristina Kirchner fue reelecta entonces con el 54%.
En las legislativas de 2013 el espacio de centroizquierda fue dividido, presentándose en la mayoría de los distritos con nombres diferentes y sin articular una fuerza nacional.
Ahora retoma la exitosa coalición electoral de 2009, pero agregando componentes más hacia la izquierda
Ahora retoma la exitosa coalición electoral de 2009, pero agregando componentes más hacia la izquierda. Con el FAP entra el Movimiento Libres del Sur de Héctor Tumini y con UNEN el Proyecto Sur de Pino Solanas, que no estaban en la experiencia anterior.
Las trece encuestas sobre intención de voto para presidente que han sido publicadas en los seis meses transcurridos desde las legislativas, muestran a Sergio Massa en primer lugar y a Daniel Scioli en el segundo. Pero los votos dispersos entre Hermes Binner, Julio Cobos, Elisa Carrió y Ernesto Sanz ahora pasan a sumarse en un mismo espacio político y ello da una fuerza equivalente a la de Scioli o en algunos casos levemente superior.
Este Frente Amplio irrumpe así como una alternativa electoral competitiva con posibilidad de disputar el poder en 2015.
La política argentina queda así planteada en cuatro fuerzas. Dos son de origen peronista, el Frente Renovador de Sergio Massa y el Frente para la Victoria -en el que Daniel Scioli podría terminar disputando las PASO con un candidato kirchnerista como podría ser Sergio Uribarri o Florencio Randazzo. Las otras dos son no peronistas: FAP-UNEN de centroizquierda y el Pro con la candidatura de Mauricio Macri de centroderecha.
La alianza entre estas últimas dos fuerzas ha sido un tema de debate en los últimos días. Si bien algunos sectores de UNEN la propugnaban, eso hubiera significado destruir el espacio de centroizquierda. Es que Hermes Binner, Fernando Solanas, Stolbizer y gran parte del radicalismo no estaban dispuestos a compartir una misma plataforma y un mismo plan de gobierno con una fuerza cuya orientación ideológica claramente es diferente.
Plantea la posibilidad de que la hipotética segunda vuelta ya no sea entre dos alternativas justicialistas
Además, una alianza de este tipo afectaría la estrategia electoral del jefe de gobierno porteño, centrada en mostrarse como lo nuevo respecto a las fuerzas preexistentes y como una suerte de candidato no político. Pero queda abierta la posibilidad de alianzas para la segunda vuelta, donde las coincidencias ideológicas ceden frente a las opciones electorales.
Un año y medio hasta las elecciones presidenciales es mucho tiempo en política. Dieciocho meses atrás recién se iniciaban las movilizaciones convocadas desde las redes sociales que impidieron la reforma constitucional que pretendía entonces el oficialismo y faltaba un año para las elecciones legislativas.
En conclusión, la nueva alternativa política plantea la posibilidad de que la hipotética segunda vuelta ya no sea entre dos alternativas justicialistas, como venían mostrando las encuestas durante los últimos seis meses..