Sanz pierde hasta en San Rafael, pero le dobla la mano a Cobos


La UCR ignoró al deseo del vicepresidente de colocar a Juan Carlos Jaliff como jefe del bloque de Senadores.
Juan Carlos Jaliff es un cobista de la primera hora. Fue vicegobernador cuando Julio Cobos ocupó el sillón de San Martín. Luego lo acompañó en su aventura con los K y logró fue designado por Cristina el frente del estratégico Instituto Nacional de Vitivinicultura. Salió eyectado del Gobierno nacional tras el “no positivo” de su jefe, aunque lo siguió acompañando incondicionalmente.

Jaliff era el preferido de Cobos para que ocupara la jefatura del bloque de senadores provinciales radicales. El ex vicepresidente hizo campaña por él en persona, habló con los demás senadores, lo apoyó ante la cúpula partidaria, lo promovió cada vez que pudo. Pero en la votación entre los 14 senadores radicales tras la renovación de la Cámara, la semana pasada, Jaliff fue derrotado 8 a 6.

Las explicaciones de la insólita decisión (a los ojos del gran público) tiene que ver con la pelea subterránea que se está dando en la UCR mendocino de cada a las elecciones del año que viene. Son muchos los dirigentes que se ven triunfadores, volviendo a gobernar Mendoza tras 8 años. Entre los lanzados hay un no cobistas, el diputado nacional Enrique Vaquié, quien cuenta con el apoyo de varios intendentes, entre ellos el amigo personal de Cobos Mario Abed, jefe comunal de Junín.

Este grupo se autodenomina Territoriales, y decidieron apoyar al candidato de Vaquié para presidente el bloque en el Senado, Gerardo de Río, un hombre con perfil bajo, sin los antecedentes de Jaliff, pero el preferido de los no cobistas.

A su vez, lo que ocurrió es una señal para el todopoderoso intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, mentor político de Cobos, su operador favorito y quien puso el cuerpo durante la gobernación de Cleto, no una, sino dos veces al frente del caliente Ministerio de Seguridad.

Cornejo quiere ser el (único) candidato por la UCR a la Gobernación en 2015, por eso intenta por todos los medios controlar todos y cada uno de los resortes de la UCR mendocina. Él también apoyaba a Jaliff, pero sufrió un revés importante en el frente interno con esta derrota.

Los cobistas salieron a quejarse de sus correligionarios que no siguieron los deseos del ex gobernador. “A Julio lo quieren nada más que para ganar elecciones, se meten en la lista que él encabeza, logran sus cargos, y después lo desairan”, describió un cobista.

Del lado de los territoriales, en privado, tienen otra visión: “El año pasado ganó la UCR, más allá de la figura de Cobos, quien, y no hay que olvidarlo, se fue con los K; digamos que no es del todo confiable”.

Por supuesto que en la cuestión metió la cola el titular del Comité nacional de la UCR, Ernesto Sanz, también como Cobos con aspiraciones presidenciales. El senador nacional envalentonó a los senadores para que se inclinaran por Del Río y votaran en contra de Jaliff.

Lo que ocurrió la semana pasada en el Senado provincial, no es más que una serie de hechos que se vienen sucediendo en la UCR y que tienen que ver con el temor de todos los sectores a que la aventura presidencial de Cobos quede trunca, y el ex gobernador decida postularse nuevamente para dirigir los destinos de Mendoza.

Cleto ha prometido, jurado y garantizado que no lo hará, que si no puede ser candidato a presidente no volverá a Mendoza. Pero no todos le creen. De ahí las escaramuzas entre cobistas y no cobistas, a veces, contra el propio Cobos.

El FIT, la gran sorpresa de octubre, asumió partido

Toda una novedad en la Legislatura mendocino fue la asunción de los legisladores electos por el Frente de Izquierda y los Trabajadores en las elecciones de octubre pasado.

La agrupación, que nuclea a varios partidos de izquierda, obtuvo el tercer lugar detrás de la UCR y el PJ, y logró, por primera vez en la historia, nada menos que cinco escaños, uno en el Senado y cuatro en la Cámara de Diputados.

Justamente en la Cámara Baja, los representantes del Partido Obrero (Martín Dalmau y Héctor Fresina) y la del Partido Socialista de los Trabajadores (Cecilia Soria), no conformar un bloque, sino dos.

Según aclararon, las diferencias tiene que ver con los métodos, y que actuarán en conjunto. Con todo, el FIT, que tan exitosa campaña realizó el octubre pasado, en la Cámara de Diputados de Mendoza decidió dividirse.