Elecciones, tiempos y emociones






Rubén Weinsteiner


Para el diseño estratégico de la marca política con la referencia de una elección importante en el horizonte, se impone analizar el escenario a partir de una función matriz que considera en el eje de las x tres períodos :






1) Período frío: entre 12 y 6 meses antes de la elección


2) Período tibio: entre 6 y 1 meses antes de la elección


3) Período caliente: un mes antes de la elección


El eje de las y que cruza a la variable tiempo en esta función debe contemplar 4 sub variables

1) Ponderación del emisor: posicionamiento del candidato


2) Análisis de producción de contenidos en función de los targets, voto duro propio y de los demás espacios, voto blando. En función de los acontecimientos, oportunidades, amenazas,


3) Análisis de los mediadores : medios, amplificadores, como y para quien juegan, como mediatizan, cuáles son sus objetivos y posicionamientos estratégicos


4) Receptores, votantes.


Está matriz de acción debe tener en cuenta en cada período del proceso previo a la elección, constituirse en insumo estratégico para el desarrollo vital de la campaña apuntando a los siguientes objetivos:


a) Consolidar, activar y endurecer el voto duro propio, con el objetivo de sujetar a los sujetos políticos propios. Retener caudal.


b) Interpelar los márgenes de espacios adyacentes, limítrofes, obteniendo legitimación, colonizando subjetividades y conversión de votos


c) Tratar de convencer al núcleo duro de los votantes del partido adversario, resulta poco rentable en términos de utilización de recursos, y de efecto casi nulo. Un objetivo inteligente sería lograr en el campo adversario, desactivación, voto castigo, voto en blanco, corrimiento hacia otros espacios y ablandamiento del voto.

El trade-off de submodalidad de construcción y acumulación, intelectual-emocional en el discurso, parte de 90%/10% intelectual- emocional en el período frío, para llegar a 90/10 emocional-intelectual en el período caliente.



Resulta fundamental construir en función de cada etapa previa a la elección, teniendo en cuenta el posicionamiento propio, el de los adversarios, la correlación de fuerzas, el de los medios, las especificidades de los diferentes targets a impactar en cada período, los objetivos en términos del mapa de adhesiones e intención de voto y la carga de emotividad y racionalidad que se impone en cada período previo a la elección.

Rubén Weinsteiner