Pablo Escobar: "si no fuera por Uribe bendito tendríamos que estar nadando hasta Miami para llevar la droga a los gringos"


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El narcoestado soñado por Pablo Escobar tiene hoy más vigencia que nunca en Colombia”, dice la ex amante de Escobar Virginia Vallejo, en su libro "Amando a Pablo, odiando a Escobar" (Random House Mondadori).
“Los narcotraficantes prosperaron en Colombia no porque fueran unos genios, sino porque los presidentes eran muy baratos”, dice Vallejo, y menciona tres nombres como los narcopresidentes: Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper y Alvaro Uribe.

En los 90 Uribe y Pablo Escobar eran amigos cercanos y socios comerciales. Pero mientras Escobar murió en 1993, Uribe se convirtió en presidente.

Del ex presidente de Colombia, Alvaro Uribe, Vallejo dice que el jefe del Cartel de Medellín lo idolatraba. Asegura que el gobernante, en su etapa de director de la Aeronáutica Civil (1980-1982), “concedió docenas de licencias para pistas de aterrizaje y centenares para los aviones y helicópteros sobre los que se construyó toda la infraestructura del narcotráfico y Escobar a cambio le pag´ø sus estudios en el exterior”.




La relación de Uribe Vélez con el paramilitarismo y el narcotráfico viene de lejos. A principios de los ‘80, cuando el ex mandatario colombiano ejerció durante 28 meses como director del Departamento de Aviación Civil, apoyó con múltiples licencias aéreas, hangares y pistas de aterrizaje en fincas privadas a diferentes capos del narcotráfico, entre los que destaca Jaime Cardona (considerado el número dos del cártel de Medellín en aquella época), según denunció el escritor colombiano Fabio Castillo en su libro Los jinetes de la cocaína.

l periodista Joseph Contreras, de la Revista norteamericana Newsweek, señaló que Alvaro Uribe Vélez, a fines de los años 70, mientras se desempeñaba como Alcalde de Medellín, trabajó en los planes de vivienda financiados por Pablo Escobar: Medellín sin tugurios, Medellín Cívico, fueron, entre otros, los programas que hicieron de Escobar un "ciudadano ilustre y benefactor".[1]

Entre marzo de 1980 y agosto de 1982, época del florecimiento de los carteles de la droga, Alvaro Uribe Vélez fue Director de la Aviación Civil, cargo que le permitió conceder licencias para pilotos y permisos de construcción de pistas para los narcotraficantes. Su ayudante entonces era César Villegas que, más tarde, se comprobó estaba vinculado al Cartel de Cali.

Como ocurre con algunos miembros de la aristocracia colombiana, Alvaro Uribe Vélez, procede de una familia vinculada al narcotráfico. Su padre Alberto Uribe Sierra, fue un hombre de negocios perteneciente al Clan Ochoa. Al ser asesinado cerca de su finca en Antioquia, la crema y nata de la sociedad paisa asistió a su sepelio, junto al entonces Presidente de Colombia, Belisario Betancur, en medio de las veladas protestas de quienes conocían sus vínculos con la cocaína, recuerda el escritor Fabio Castillo.[2]

En los años 90, cuando era Gobernador de Antioquia, tuvo como jefe de gabinete a Pedro Juan Moreno, el mismo que fue sorprendido por la DEA como propietario de la compañía que había comprado 50.000 kilos de precursores químicos para elaborar cocaína.

En la misma década de los 90, al ser elegido Gobernador de Antioquia, promovió la creación de las Cooperativas de Seguridad Privada CONVIVIR, iniciativa destinada a legalizar el paramilitarismo. En el Congreso de Ganaderos, en 1996, se aprobó extender esa iniciativa de Uribe Vélez a nivel nacional y además promover su candidatura presidencial.
“Pablo solía decir: ‘si no fuera por este muchacho Uribe bendito tendríamos que estar nadando hasta Miami para llevar la droga a los gringos. Ahora, con nuestras propias pistas no nos para nadie. Pista propia, aviones propios, helicópteros propios...’ Sacaban la mercancía hasta Cayo Norman, en las Bahamas, cuartel de las operaciones de Carlos Lehder, y de allí a Miami, sin problemas.” Virginia Vallejo está dispuesta a defender públicamente y ante un detector de mentiras todo lo escrito y declarado.

Fueron los años dorados de Pablo, los Ochoa, Gonzalo Rodríguez Gacha el Mexicano, Lehder.

Transportaban hasta 300 kilos de cocaína por hora y día. Estaban en el lugar perfecto a la hora perfecta, aunque al final todos tuvieron un destino trágico. En tres años estos tipos pasaron de ser lijadores de lápidas, desvalijadores de automóviles, a tener fortunas de 3000 millones de dólares.


“Los narcotraficantes prosperaron en Colombia no porque fueran unos genios, sino porque los presidentes eran muy baratos”, dice Vallejo, y menciona tres nombres como los narcopresidentes: Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper y Alvaro Uribe.

Según el National Security Archive, un grupo de investigación no gubernamental basado en la George Washington University, Alvaro Uribe fue un amigo cercano de Pablo Escobar, que colaboró con el Cartel de Medellín. El mismo grupo de investigación difundió una lista de los narcotraficantes colombianos más importantes en 1991, elaborada por los servicios de inteligencia estadounidenses, en la que Escobar ocupaba el puesto 79 y Uribe el 82.