Fernando
“Pino” Solanas volvió a descartar un ingreso del PRO al Frente
Progresista que se arma para 2015, durante la presentación del
interbloque de senadores, que con seis integrantes buscará mantener la
vicepresidencia primera del Senado.
El cineasta fue al origen del PRO para hablar de diferencias ideológicas irreconciliables. “Macri construyó su fuerza con retazos de la crisis de los partidos políticos y tiene su origen en una serie de partidos que se ubican en el arco de la centro derecha, derecha. Es el caso de la Ucedé, el partido conservador y el federal. Así que lo primero sería empezar por ahí”, sentenció.
“Eso nos hace tener objetivos distintos y por eso nos enfrentamos en Capital Federal. ¿Con qué cara voy a hablarle a la gente sino?” preguntó Pino.
Jaime Linares, del GEN, fue más simple. “Con el Pro tenemos una clara diferencia respecto al rol del Estado”.
Pino, Linares, Rubén Giustiniani (socialista), la rionegrina Magdalena Odarada (Coalición cívica) y Luis Juez (Frente Cívico cordobés) presentaron en el Senado un interbloque de seis miembros (faltó la cordobesa Norma Morandini) con el que buscarán ser tercera minoría.
“Vamos a mantener la vicepresidencia primera en manos de Luis Juez porque somos la tercera fuerza política. Y en las distintas comisiones también vamos a mantener el trabajo de los años anteriores”, dijo Giustiniani, con Hermes Binner y Margarita Stolbizer en la primera fila.
Al igual que hace dos años, el peronismo federal podría mostrar un interbloque más numeroso, pero si toma ese camino el Fap volverá a apelar a su supuesta unidad ideológica para conservar sus lugares.
En 2011 fue Cristina quien instruyó barrer al peronismo díscolo de las autoridades de ambas cámaras y en el Senado ni siquiera le permitieron ocupar lugares en las comisiones. Recién a mediados les abrieron algunas vocalías.
Si decide unificarse el peronismo federal puede mostrar al menos siete votos: Roberto Basualdo, Graciela Di Perna, Liliana Negre de Alonso, Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Carlos Verna.
Si consiguieran apoyo del Movimiento popular neuquino tendrían los votos de Guillermo Pereyra y Lucila Crexell. Pero esa jugada debería contar con la venia del oficialismo, dueño de una mayoría propia en la Cámara alta. Si algunos de estos sectores se conforma con la vice segunda, que hoy tiene Romero, la discusión estaría saldada.
Como adelantó LPO, el kirchnerismo mantendría en la presidencia provisional a Beatriz Rojkés de Alperovich, luego de fracasar en el intento de imponer al santiagueño Gerardo Zamora.
La UCR tendrá la vicepresidencia, que sería para Gerardo Morales. Giustiniani minimizó el hecho de que el Fap no comparta bancadas con la UCR en el Congreso y se proyecten juntos como una fuerza nacional.
“En cámara de Diputados hemos acompañado iniciativas conjuntas y vamos a tener de hecho un trabajo privilegiado con el radicalismo en ambas cámaras. Ellos tienen su propio bloque y la voluntad de trabajar”, se evadió.
El cineasta fue al origen del PRO para hablar de diferencias ideológicas irreconciliables. “Macri construyó su fuerza con retazos de la crisis de los partidos políticos y tiene su origen en una serie de partidos que se ubican en el arco de la centro derecha, derecha. Es el caso de la Ucedé, el partido conservador y el federal. Así que lo primero sería empezar por ahí”, sentenció.
“Eso nos hace tener objetivos distintos y por eso nos enfrentamos en Capital Federal. ¿Con qué cara voy a hablarle a la gente sino?” preguntó Pino.
Jaime Linares, del GEN, fue más simple. “Con el Pro tenemos una clara diferencia respecto al rol del Estado”.
Pino, Linares, Rubén Giustiniani (socialista), la rionegrina Magdalena Odarada (Coalición cívica) y Luis Juez (Frente Cívico cordobés) presentaron en el Senado un interbloque de seis miembros (faltó la cordobesa Norma Morandini) con el que buscarán ser tercera minoría.
“Vamos a mantener la vicepresidencia primera en manos de Luis Juez porque somos la tercera fuerza política. Y en las distintas comisiones también vamos a mantener el trabajo de los años anteriores”, dijo Giustiniani, con Hermes Binner y Margarita Stolbizer en la primera fila.
Al igual que hace dos años, el peronismo federal podría mostrar un interbloque más numeroso, pero si toma ese camino el Fap volverá a apelar a su supuesta unidad ideológica para conservar sus lugares.
En 2011 fue Cristina quien instruyó barrer al peronismo díscolo de las autoridades de ambas cámaras y en el Senado ni siquiera le permitieron ocupar lugares en las comisiones. Recién a mediados les abrieron algunas vocalías.
Si decide unificarse el peronismo federal puede mostrar al menos siete votos: Roberto Basualdo, Graciela Di Perna, Liliana Negre de Alonso, Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Carlos Verna.
Si consiguieran apoyo del Movimiento popular neuquino tendrían los votos de Guillermo Pereyra y Lucila Crexell. Pero esa jugada debería contar con la venia del oficialismo, dueño de una mayoría propia en la Cámara alta. Si algunos de estos sectores se conforma con la vice segunda, que hoy tiene Romero, la discusión estaría saldada.
Como adelantó LPO, el kirchnerismo mantendría en la presidencia provisional a Beatriz Rojkés de Alperovich, luego de fracasar en el intento de imponer al santiagueño Gerardo Zamora.
La UCR tendrá la vicepresidencia, que sería para Gerardo Morales. Giustiniani minimizó el hecho de que el Fap no comparta bancadas con la UCR en el Congreso y se proyecten juntos como una fuerza nacional.
“En cámara de Diputados hemos acompañado iniciativas conjuntas y vamos a tener de hecho un trabajo privilegiado con el radicalismo en ambas cámaras. Ellos tienen su propio bloque y la voluntad de trabajar”, se evadió.
