Recuperar la iniciativa económica para hacer valer el poder del estado frente al poder corporativo

En la Casa Rosada hablan de "golpe de timón" y se muestran optimistas

Golpe de timón. Ésa era la sensación en el interior del Gobierno tras la decisión de convalidar una fuerte devaluación y anunciar la intención de flexibilizar la compra de dólares para ahorro , una opción que restringió de manera gradual desde fines de 2011 y fue eje de la batalla discursiva oficial por la pesificación de la economía .
Anoche, la presidenta Cristina Kirchner partió rumbo a Cuba para asistir a una cumbre, acompañada por una pequeña comitiva, después de monitorear el primer impacto de la medida y delinear los próximos pasos con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, convocados durante la tarde a la residencia de Olivos.
La decisión de aflojar el cepo cambiario, que generó un shock cuando fue comunicada a las 8 de la mañana, se combinó casi al cierre del día con otra acción inesperada: la máxima entidad monetaria resolvió subir a 25,5% las tasas de referencia, una disposición de corte ortodoxo que apunta, en teoría, a frenar la demanda hacia el dólar y contener la inflación.


Capitanich habló por teléfono con la mayoría de los gobernadores. En la lista de llamadas estuvieron, entre otros, José Alperovich (Tucumán), Maurice Closs (Misiones), Alberto Weretilneck (Río Negro), Francisco Pérez (Mendoza) y hasta Daniel Scioli (Buenos Aires). La suba del tipo de cambio fue más que aplaudida por los caciques que hace tiempo reclamaban una moneda más competitiva que revitalice sus economías regionales.
"Una mejora del tipo de cambio real es sumamente favorable ya que, para nuestra provincia, configura un horizonte más alentador para las actividades exportables y el turismo receptivo", afirmó el neuquino Jorge Sapag, en un comunicado, en sintonía con sus colegas.

La estrategia comunicacional tuvo tres patas: el breve anuncio de Capitanich, una entrevista radial de Kicillof -en la que objetó que las cerealeras no liquidan por un monto de 4000 millones de dólares- y declaraciones de la ministra de Industria, Débora Giorgi, que tildó de "excelentísimo" el nuevo tipo de cambio.
Según informaron fuentes oficiales, el techo de 8 pesos por dólar surge de las conversaciones entabladas con distintos sectores empresariales y de las reuniones, rubro por rubro, con representantes de las cadenas de valor.
"Planchamos el mercado", se ilusionaban anoche en un despacho. Saben, igual, que el Día D será pasado mañana, cuando vuelva a operar el mercado y entren en vigencia los cambios. La prueba de fuego se dará con Cristina lejos del país, pero, según ordenó antes de despegar, en comunicación permanente con el equipo económico

Especulan con una caída entresemana que atemorice a los dueños de los silos. Con los cambios anunciados hoy el Gobierno espera que el dólar oficial se estabilice y hasta baje entre martes y miércoles e incentive a los chacareros a liquidar la cosecha que tienen guardada, confiaron  fuentes cercanas a la Casa Rosada.
A ese proceso Capitanich y Kicillof le llaman “valor de convergencia del dólar”, que comenzará en torno a los 10 pesos por cada divisa, por sumarse un 20% de deducciones.
Liberado el cepo, la expectativa de Kicillof es que la abrupta demanda del dólar sea contenida parcialmente por trabas de la Afip y, a su vez, sirva para bajar el blue, el gran fantasma que intentan eliminar por completo.
“Los pocos que compren van a querer venderlo en el paralelo y lo van a terminar de desplomar”, razonan en el Gobierno.
Con el correr de la semana y las escasas de la venta, la hoja de ruta soñada en la Casa Rosada es que el dólar oficial sostenga su precios y hasta baje unos centavos.
Si eso ocurre martes o miércoles, creen, los chacareros liquidarán los 11 millones de toneladas que Kicillof asegura que tienen en los silos.
El ministro calcula que se trata de 4000 millones de dólares, pero en el agro creen que esa cifra es excesiva y, sobre todo, imposible de precisar. A eso le agrega préstamos en el extranjero por 2.500 millones de dólares que las cerealeras habrían suspendido para empujar la devalaución.
Aún así, los chacareros ya ganaron al resistir las presiones oficiales para desprenderse de su cosecha y conseguir una devaluación récord.