Es el momento más desigual de la historia humana
Con dedicatoria al Foro de Davos, Oxfam publica su reporte "Trabajando para unos pocos"; 85 personas poseen el mismo dinero que los 3,500 millones de individuos menos favorecidos.
Por: Javier Barros Del Villar
Con dedicatoria al Foro de Davos, Oxfam publica su reporte "Trabajando para unos pocos"; 85 personas poseen el mismo dinero que los 3,500 millones de individuos menos favorecidos.
Por: Javier Barros Del Villar
A un par de días de que comience el Foro
Económico Mundial de Davos, podríamos afirmar que estamos viviendo el
momento más desigual, jamás registrado en la historia humana, en cuanto a
la distribución de riqueza se refiere. Este pomposo estatus se debe,
básicamente, a que a pesar de padecer este fenómeno, de forma
consciente, desde hace ya largo tiempo, no hemos sido capaces de
revertir, o rediseñar, un sistema que lo permite –e incluso lo fomenta.
Un reciente reporte de Oxfam, reconocida
organización que trabaja con el fin de revertir la pobreza, determinó
que tan sólo 85 personas, las más acaudaladas del planeta, poseen la
misma riqueza que la mitad económicamente menos favorecida de toda la
población mundial –es decir, que sus fortunas equivalen a los bienes
disponibles para 3,500 millones de personas.
Titulado “Working for the Few” (Trabajando para unos pocos), el informe, disponible en el sitio de Oxfam, advierte:
La extrema
desigualdad económica es lastimosa y preocupante por múltiples razones:
es moralmente cuestionable; puede tener un impacto negativo en el
crecimiento económico y en la reducción de la pobreza; y puede
multiplicar las problemáticas sociales [...] En muchos países preocupa
el pernicioso impacto que la concentración de riqueza pueda tener para
la equidad de representación política. Cuando la riqueza se apropia de
la creación de políticas gubernamentales, entonces las reglas tienden a
favorecer a los ricos, generalmente a costa del resto de la población.
Creo
que vale la pena destacar que el discurso de Oxfam es bastante moderado,
e incluso aclaran que una cierta dosis de desigualdad es positiva pues
resulta “esencial para detonar crecimiento y progreso, recompensando a
aquellos que poseen talento, que han desarrollado habilidades, y la
ambición de innovar y tomar riesgos al emprender”. Estemos o no de
acuerdo con lo anterior, lo cierto es que no estamos frente al clásico
discurso radical que visceralmente denuncia el actual modelo financiero.
Y en este sentido, tal vez una crítica moderada es más valiosa que el
predecible embate de un añejo enemigo.
Por otro lado, evidentemente no hay que
ser un estudioso de las finanzas para percibir lo obsceno del escenario.
De hecho, el reporte ha sido retomado por cientos de medios alrededor
del mundo –al parecer la indignación ante las cifras que presenta ha
sido bastante popular. Sin embargo, es muy probable, de acuerdo a la
tendencia, es muy probable que para la próxima edición del Foro de Davos
las cosas sigan igual, o peor.
Dentro del mismo reporte, Oxfam emite
una serie de recomendaciones, la mayoría de ellas en torno a la
obligación de los gobiernos de gravar con mucha más energía las fortunas
y actividades empresariales de la élite. Y aquí no puedo menos que
recordarme que los impuestos, ese nefasto ritual al que prácticamente
todos nos enfrentamos, y que implica ceder parte de nuestras ganancias a
un gobierno –a pesar de no sentirte respaldado por él–, en realidad es
un sistema diseñado para balancear la riqueza y limar la desigualdad en
una sociedad. De acuerdo a lo anterior, es claro que prácticamente
ningún gobierno alrededor del mundo ha logrado instrumentar, con
eficacia, esta función, la cual por cierto es fundamental para aspirar a
un funcionamiento mínimamente sano como sociedad.
En fin, hoy la desigualdad sigue de
fiesta, y sonríe con más cinismo que nunca. A la ciudadanía, supongo,
nos toca imaginar líneas de acción que debiliten un modelo económico que
ha propiciado estas circunstancias. Pero si los gobiernos no se sacuden
su papel de sumisos comparsas frente a la élite empresarial, será
difícil que este artículo pierda vigencia en mucho tiempo.