Grecia paralizada por la visita de sus acreedores

Los sindicatos de estatales iniciaron un nuevo paro general ante la llegada de los miembros de la troika integrada por la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central europeo, que analizarán si el gobierno concretó los ajustes exigidos a para saldar las cuentas del rescate financiero otorgado por ese mismo organismo.

Con la de hoy es la huelga número 35 de este tipo desde que comenzó la grave crisis financiera en 2010. El lema de la convocatoria fue "No más despidos y recortes. Juntos podemos conseguirlo" y los manifestantes, reunidos en varias marchas, llamaron a los acreedores a "tomar su programa de ajustes e irse".
Los empleados públicos, los maestros y los ferrocarriles pararon durante 24 horas, en tanto los conductores de micros hicieron huelga durante seis horas en Atenas y los médicos atendieron solamente las urgencias. También hubo muchos problemas en el tráfico de ferries.
Durante tres horas hubo además una huelga de controladores aéreos que causó retrasos y cancelaciones, sobre todo en las conexiones nacionales. Las convocatorias fueron hechas por los dos principales sindicatos, GSEE y ADEDY y si bien llamaron a una huelga general, no se plegaron los empleados de supermercados, taxistas, los conductores del metro, los comerciantes o empleados hoteleros.
Los representantes de la troika se reunieron mientras unas diez mil personas se congregaron frente al Parlamento y otras 5 mil en Salónica, a pesar de las intensas lluvias que obligaron a una desconcentración rápida.
La economía en Grecia se contrae desde hace seis años y la crisis impacta sobre todo entre los jóvenes: más de un 60 por ciento de los menores de 24 años están desempleados. El gobierno pronostica que en 2014 se producirá la primera buena noticia, con un crecimiento del 0,6 por ciento y una bajada del desempleo de un 27 a un 26 por ciento, cifras que los sindicalistas consideran irreales.