Por Rubén Weinsteiner para El Pais
No hay que preguntarle a la gente lo que piensa, hay que ver
que hace.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela y todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen miles de toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, y ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos, la mayoría dirá en Carrefour, Coto o Jumbo. Si les preguntamos porqué, probablemente nos responderán que porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que muchos entran al chino, donde en un lugar con poca luz, una mujer en ojotas y medias le gritará “deja bolso”. La necesidad indica quedar bien con el otro, el deseo, pagar menos.
En el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, se construye la brecha entre la necesidad y el deseo.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela y todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen miles de toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, y ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos, la mayoría dirá en Carrefour, Coto o Jumbo. Si les preguntamos porqué, probablemente nos responderán que porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que muchos entran al chino, donde en un lugar con poca luz, una mujer en ojotas y medias le gritará “deja bolso”. La necesidad indica quedar bien con el otro, el deseo, pagar menos.
En el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, se construye la brecha entre la necesidad y el deseo.
Luego de terminada la segunda guerra mundial, la empresa de energía General Electric, pensó en fabricar elementos que utilizaran electricidad para funcionar, y para ello encargó estudios de mercado donde se le preguntó a la gente: “¿Ud. usaría un cuchillo eléctrico?”
La gente respondió que no, que no lo necesitaba y que el
cuchillo común era perfecto para ellos y que lo seguirían usando, sin embargo
desde la General Electric habrán pensado que cortar el pollo es difícil con el
cuchillo común, y que con un cuchillo eléctrico sería mucho más sencillo, por
eso lo fabricaron y fue un éxito. Otra vez lo que la gente dice y lo que hace
en realidad. Necesidad y deseo.
El que entendía claramente la diferencia entre necesidad y deseo era Carlos Menem. En un video que vi hace poco, estaba el entonces presidente siendo entrevistado en el programa de Susana Giménez, y las preguntas y las respuestas fueron:
SG-¿Ud. hizo el servicio militar?
CM- No, mi papá buscó a un general amigo, y le tiró … (sonrisa) unos mangos … (sonrisa) y me salvó.
SG-Dicen que Ud. Es muy mujeriego…
CM- Y io no sé, eso es lo que dicen
SG-¿Es verdad que manejó la Ferrari a 250 km por hora?
CM- y la verdad es que me gusta velocidad.
La gente desea pagar para no hacer el servicio militar, para
que no le hagan una multa, y a muchos hombres les gusta o les gustaría estar
con varias mujeres. También andar en una Ferrari a alta velocidad. Si le
preguntamos a la gente, nadie coimeo nunca a un policía, nadie es mujeriego,
nadie viola las leyes de tránsito, nadie “necesita” una Ferrari, pero muchos la
desean.
La gente dice y pide lo que necesita, pero vota por lo que
desea. En los jóvenes la brecha entre la necesidad y el deseo se potencia.
Los jóvenes desean y sin el “pragmatismo” de los mas viejos,
sin el cinismo de aceptar lo que hay, por eso se animan a “demandar lo
imposible”, y esa demanda de los “imposible”, es lo que construye el sistema de
preferencias del voto joven.
El #votojoven busca a aquel que interpreta su deseo más que
su necesidad.
La necesidad esta puesta, en la funcionalidad de zafar y
quedar bien y no decir que se votó a Menem, decir que come mejores alimentos
que mortadela, que no es mujeriego, que no coimea, que no viola las reglas de
tránsito.
Hay que ir por lo que los jóvenes hacen, mirar, observar,
investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que los jóvenes quieren
que pase, más allá de lo digan que quieren que pase.
La necesidad en el voto joven es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.
La necesidad en el voto joven es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.
Votar genera beneficios, ya que cubre necesidades y satisface deseos. Beneficios de
funcionalidad, de expresión
y de emocionalidad.
Mediante los beneficios funcionales se resuelve un problema
fáctico; cumplir con el ritual de votar, tanto por la faceta legal normativa,
como por el mandato de“hay que
votar” “todos votan”.
Los beneficios emocionales del voto tienen que ver con la
consonancia con la propia historia, que la marca política encarne valores
afines, cercanos y que no contradigan las narrativas identitarias abiertas u
ocultas, y fundamentalmente los deseos profundos.
Los beneficios de expresión del voto joven, se sustentan en
lo que el joven quiere decir con su voto. Expresar valores e ideas no a través
de uno mismo, sino con la marca
política como intermediaria y legitimadora de estos valores
La beneficios de funcionalidad y expresión se constituyen a
partir de la necesidad, los
beneficios de la emoción se ordenan desde el deseo. El #votojoven se resuelve
por deseo, mas que por necesidad.