Toda la semana estuvo signada por la reaparición del elemento de la
salud presidencial. Tras la operación exitosa realizada en el hospital
de la Fundación Favaloro, los médicos le prescribieron a la Presidente
entre 30 y 45 días de reposo absoluto. Luego de algunas vacilaciones
sobre el procedimiento a seguir, finalmente por un mecanismo automático
previsto por la Constitución, el Vicepresidente Amado Boudou es desde
hace unos días el mandatario en funciones.
Hubo, en estos últimos días, una infinidad de interpretaciones sobre
el significado de su cuadro de salud, una "colección subdural crónica".
Es entendible, ya que la Presidencia es un cargo unipersonal y todo lo
relativo a la vulnerabilidad física de quien la ejerce conmociona. Ese
temor fue, precisamente, lo que en el siglo XVIII llevó a crear en
Estados Unidos la institución de la Vicepresidencia, que por momentos
luce anacrónica. Pero lo que se ha dicho y escrito sobre los partes
médicos es, en su mayor parte, especulación. Con el agregado
melodramático del componente neurológico, toda vez que el cerebro
presidencial viene siendo objeto de todo tipo de fantasías, agitadas por
sus opositores más acérrimos.
El dato político de la enfermedad de la Presidente, es que durante un
mes o más estará prácticamente fuera de circuito. Ya no será, como pudo
haberlo sido, la protagonista central de la campaña oficialista en las
elecciones legislativas, aunque estará presente en discursos y deseos de
recuperación; se estrenaron los spots del Frente para la Victoria
bonaerense con Daniel Scioli como actor central.
En lo internacional, durante todo un mes no se sentará a negociar con
su par uruguayo, José Mujica, los niveles de producción de papel a la
vera del río. Y el resurgimiento del justicialismo, en ocasión del
proceso electoral, tendrá lugar con una Presidente en reposo. El
gobierno seguirá funcionando y la estructura de poder del peronismo
permanecerá intacta, todo lo cual servirá para recordarle a la población
que en la Argentina democrática hay una dinámica de gobernabilidad que
está más allá de las personas.