La crisis en la eurozona se expande tomando realidades socioeconómicas
heterogéneas, pero con aplicación de recetas homogéneas. Programas
económico-sociales comunes para realidades diversas, esta es la primera ,
pero no única inconsistencia de los planes de ajuste impulsados por la
troika.
Leemos sobre el ajuste tradicional, actuando esta vez en Portugal:
Leemos sobre el ajuste tradicional, actuando esta vez en Portugal:
Más ‘troikista’ que la troika
Razones ideológicas y la voluntad de desmarcarse de Grecia motivan la política del Gobierno portugés
La escena se produce en una de las centenares de miles de cumbres para salvar el euro que se han celebrado este año. Bruselas, mediados de febrero. Las cámaras captan –casi roban: los protagonistas no son conscientes de que salen en televisión— uno de esos momentos que definen a las mil maravillas lo que de verdad sucede en Europa.
Un cándido Vitor Gaspar, el ministro portugués de Finanzas, se acerca a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble,
como el estudiante que trata de impresionar a su maestro. “Haremos
progresos sustanciales con el déficit; ya hemos hecho progresos
increíbles”, afirma el portugués, cuyo Gobierno aplica a rajatabla los
recortes asociados al plan de rescate que ha pedido su país. Inclinado
junto a la silla de ruedas de Schäuble –que quedó paralítico hace más de
20 años, cuando un hombre le pegó tres tiros en un acto electoral
celebrado en una cervecería—, Gaspar acaba de escuchar el veredicto de
Alemania: “Si es necesario adecuar el programa portugués [es decir,
flexibilizarlo], no habrá problema”. “Muchas gracias”, acierta a
responder con un hilo de voz...