Un gran tema de agenda del gobierno es sin duda la persistencia de altas tasas de trabajo informal.
Responsable
del patrón distributivo aún inequitativo, la desfinanciación del
sistema de salud, la crisis recurrente del previsional y el
sostenimiento de trabajadores pobres, quey aún ocupados pleno
reciben salarios que implican en promedio un 47% de su par formal, la
informalidad laboral está en la base de la desindustrialización que
impactara sobre el país desde el último tercio del siglo pasado y que
tiene una reversión discreta.
Los indicadores del segundo trimestre del año, muestran que el 34,5 % de
la población activa no esta registrada; y la situación se mantuvo estable en
comparación al mismo lapso de 2011
El total de trabajadores
no registrados acusó una leve reducción de 17.100 personas porque se redujo
la gravitación de los puestos en relación de dependencia en la
estructura ocupacional. Sin embargo, la informalidad aumentó en
proporción al total de trabajadores en relación de dependencia que como
se muestra en el gráfico de apertura se ubicaba en el 34,1% en junio de
2011
y pasó a 34,5% en 2012.
Con este resultado, se observa que 4.400.000
trabajadores trabajan en la informalidad, sobre una Población
Económicamente Activa (PEA) de 18 millones de personas, con un nivel de
desempleo de 7,2 por ciento y con un nivel de asalariados del 76,7 por ciento
del total. El dato relevante es que el estancamiento en la mejora en la
calidad del empleo se produjo en un período en el que la economía expresa un
crecimiento interanual del orden del 5,3 por ciento.
Complementariamente
ya se había observado que en el lapso comprendido entre el segundo
trimestre de 2011 y 2012 185.000 asalariados plenos se habían
transformado en subocupados demandantes
Si
se distribuye geográficamente la carencia de formalidad laboral, como
es histórico y de aacuerdo con la información oficial, la peor
situación laboral se observa en el norte del país.
En el noroeste el 40,9 por ciento de los empleos son
irregulares, mientras que en el noreste es del 40,1 por ciento.
En tanto, en la región de Cuyo el 35,7 por ciento de
los trabajadores no se encuentra inscripto de manera regular, mientras que en
el Gran Buenos Aires se ubica en 34,6 por ciento.
A su vez, los menores registros de informalidad se observan en la región pampeana la informalidad afecta
al 32,7 por ciento de los empleos, mientras que en la Patagonia desciende al
19,3 por ciento, dond ees muy notable la formalidad que induce el empleo público combinada con la baja densidad poblacional.
Respecto a la densidad poblacional , si se los divide por el tamaño de las poblaciones la
situación es similar tanto para los aglomerados de más de 500 mil habitantes
como para los que están por debajo de ese número.
En las ciudades más pobladas el trabajo informal es de
34,6 por ciento y en las más chicas de 34 por ciento..
Por otra parte se observa un ligero aumento de los trabajadores autónomos respecto a los asalariados Los indicadores
demográficos de la población de los 31 aglomerados urbanos medidos por el Indec
dieron cuenta de que, para el período abril a junio, del total de
trabajadores en el país el 76,3% lo hizo en relación de dependencia y
el 23,7% en condiciones de empleado independiente.
En efecto en el caso de los
asalariados, el informe del INDEC , dio cuenta de que
se trata de una nueva reducción trimestral, tras haber
alcanzado un pico de 77,4 a fines del 2011.
Se estima que alcanzó a
un universo de 13,27 millones de personas, con una
disminución de 0,4 por ciento.
En sentido opuesto, los cuentapropistas
se habrían acrecentado en 1,9% a unas 4,12 millones de personas, alcanzando el
registro más elevado en términos absolutos desde el último trimestre
de 2009.