El País
Es muy común
reaccionar en la Web social, ante alguien que nos provoca, que nos
enoja, algo que creemos es incorrecto, algo que nos da risa, alegría,
sorpresa etc.
Si
solo reaccionás, otro está definiendo el escenario y la conversación
2.0. Un plan estratégico comunicacional requiere de un liderazgo
proactivo que se apropie de la agenda. Reaccionar sirve en tanto la
reacción se encuadre en la estrategia y no resigne la iniciativa y el
liderazgo.
La
colonización de subjetividades, la influencia, la acumulación de poder
son el resultado de un plan estratégico. Para ejecutarlo hace falta
proponer un mensaje de valor y que otros reaccionen.
Nuestra
reacción debe estar alineada con la construcción de compromiso y
confianza que buscamos, desde el liderazgo que encarnamos, esto es: no
tenemos que discutir, pelear, o censurar, tenemos que conducir la
conversación 2.0 fijando la matriz de relaciones que buscamos. El líder
no discute, el líder lidera, conduce, sostiene y contiene, ahí reside su
poder. Si el general se pelea con los soldados, lo pasan a retiro
porque la tropa no le responde más.
El líder
ante el ataque, agravio, provocación hace fogging, “niebla”,
asertividad, no se engancha con la emocionalidad de la discusión, sino
reordena la conversación, despojando el eje discursivo de emocionalidad,
y de adjetivaciones. Niebla y disco rayado, algo parecido a lo que
hace Scioli “vos preguntame lo que quieras, yo te contesto lo que yo
quiero”. Si pierde el liderazgo pierde influencia.
El
liderazgo de esa conversación híper masiva , amplificadora de
audiencias de audiencias que es la Web 2.0 para poder influenciar,
debe tener en cuenta que la simetría 2.0 no respeta la autoridad de la
marca corporativa o política. Cualquiera se le anima a cualquiera desde
la comodidad de su notebook, celular etc.
Por eso el liderazgo 2.0 debe
a) Sostener la autoridad en la solidez y la seducción
b) No exhibir la asimetría 1.0 , bajar al llano y ponerse a la altura de los ojos del público
c) Generar confianza
d) Admitir errores
e) Compartir “secretos” poniendo al público del otro lado del mostrador
f) Hablar con cada uno y de esa forma con todo
g) Siempre estar un paso adelante en la conversación 2.0
El
compromiso del público en la Web social es cada vez más importante, y
las oportunidades que este nivel creciente de compromiso plantea
resultan fundamentales. De la búsqueda más primitiva de satisfacción,
el público ha ido escalando a la construcción de relaciones,
comunidades, lealtades y confianza.
Este
nuevo escenario que es la Web social, es hoy el mercado comunicacional
en sí mismo, donde se puja por posiciones de liderazgo y niveles de
influencia.
La
oportunidad ante la cual estamos frente a Twitter, Facebook, You tube,
los blogs, la ingeniería de buscadores, y la sinergia, viralidad,
reproductibilidad y hallabilidad de todas las herramientas 2.0,
consiste en traducir ese compromiso, esa masividad de audiencias de
audiencias, ese poder de la conversación 2.0 entre varios que escuchan
millones, en poder marcario, en influencia, en resultados económicos
tangibles.
Las 3 F:
Friends, Fans y Followers, pueden medirse, pero ese número en sí mismo
no nos dice nada, lo importante es la construcción y acumulación de
poder de liderazgo e influencia, y eso es lo que hay que medir en
definitiva.