Necesidad y deseo en la construcción del discurso de los bancos en EE.UU

Hoy leía a Paul Krugman en The NewYork Times y lo cito textual:

"El martes, Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, pidió la abolición de los cuarteles de bomberos.
"La existencia de los destacamentos de bomberos -dijo- institucionaliza los rescates de edificios siniestrados con dinero de los contribuyentes."
Y concluyó: "La solución a este problema es hacer que la gente que comete los errores que desencadenan los incendios pague por ellos. No resolveremos este problema hasta que permitamos que los edificios más grandes se incendien".

Bueno, exagero un poco. McConnell dijo casi todo lo que le atribuyo, pero hablaba de la reforma financiera y no de la reforma de los cuarteles de bomberos. En particular, no objetaba la existencia de esos destacamentos, sino la legislación que le daría al gobierno el poder de controlar y reestructurar las instituciones financieras en bancarrota. Pero es casi lo mismo".

En su discurso, McConnell pareció decir que, en el futuro, el gobierno de Estados Unidos simplemente debería permitir que los bancos quebraran. "Debemos acabar con los rescates de los bancos de Wall Street financiados por los contribuyentes." ¿Qué tiene de malo eso?"

En 1930, el gobierno al principio no reaccionó, no hizo nada insistiendo en que la mano invisible del mercado se ocuparía de todo y que era inmoral salvar con la plata del contribuyente a los bancos que quebraban. El resultado fue la Gran Depresión. En 2008, no hicieron nada cuando implosionó Lehman Brothers; explotó Wall Street y en pocos días el mercado crediticio se había congelado llevando al mundo a un paso del abismo.

Lo que está detrás del mensaje construido por los legisladores republicanos y las entidades financieras, el deseo real, es que el gobierno no intervenga, pero no que no intervenga para salvar, porque eso ya se hizo, sino que no intervenga para controlar lo que ellos harán de acá en mas. Y en realidad, si nos centramos en el mensaje de primer órden de los republicanos y de los bancos, en el planteo de la necesidad, es decir en lo que dicen, coinciden con el Gobierno de Obama que pone controles para intentar garantizar que no habrá más cracks y rescates, es decir para no intervenir.

Si tiene éxito la movida de los congresistas republicanos y los lobbistas de los bancos, de privar a los reguladores de las herramientas para controlar los bancos en problemas, aumentan las posibilidades de que, cuando se desencadene otra crisis, los contribuyentes terminen salvando a los accionistas de perder sus ahorros y a los ejecutivos de perder su trabajo.

Sin controles, las entidades se van a sentir libres para llegar de nuevo a la situación que vimos en 2008, y ahi aceptar los rescates para luego negarse nuevamente a los controles.