¿Cobrar o no cobrar, donde está el negocio?

La Web 1.0 estaba basada en los paradigmas top down de la prensa de papel, el paradigma de Brodcasting, los medios, los portales y en general cualquer oferta en la Web transmite y el consumidor recibe, por dinero o gratis ese es otro tema.
En el 2001, cuando estallan las punto com, los consumidores de Internet se hacen cargo de lo que no fue noegocio para laes empresas, y comienza la Web 2.0. top down y down top a la vez.
Entonces ya no se trata solo de brodcasting sino también y fundamentalmente de pullcasting, es decir la gente tira y baja lo que quiere de la web.

En ese escenario es mas difícil construir un mainstream editorial ya que se atomiza la producción, los consumidores ya no los son, sino que pasan a ser prosumidores, procductores y consumidores de información, y en ese contexto resulta más difícil cobrar por contenidos.

Tendrán que apostar a la excelencia, a la exclusividad y a la inmediatez los medios que quieran que los navegantes acotumbrados a que todo sea gratis, metan la mano en el bolsillo.

Esta semana Brendan Barber, editor del Financial Times de Londres, dijo: "En 12 meses casi todas las organizaciones periodísticas van a cobrar por los contenidos digitales". Su afirmación está en línea con lo que proclamó el poderoso Rupert Murdoch.
En mayo había anunciado que News Corp, su megacompañía global, habría de seguir el modelo del Wall Street Journal, que cobra a sus suscriptores por acceder a parte de las noticias en Internet.
Los diarios enfrentan un desafío gigantesco: los lectores migran desde el papel a la Web, pero el negocio permanece en el territorio del papel. De cada 100 pesos que ingresan a cada diario importante en el mundo, apenas 6 ó 7 en promedio provienen de sus versiones online. Por eso, The New York Times evalúa cobrar por sus contenidos digitales. Están haciendo una encuesta entre sus lectores. Les preguntan si estarían dispuestos a pagar 5 dólares mensuales para leer el diario online.
Están esperando el veredicto de su audiencia. Es que hay otra mala nueva que obliga a repensarlo todo. Desde la aparición del periodismo digital, la publicidad que siempre fue magra, había ascendido siempre. Ahora, tras la crisis financiera global, se desmoronaron los ingresos por los avisos en Internet.

A pesar de todo, algunos idealistas de la Web, como Chris Anderson, que es el editor de la revista Wired, creen que la Web sigue y seguirá siendo negocio. Anderson acaba de publicar un libro que afirma lo contrario que Barber y Murdoch. Se llama -en inglés- Free: The future of a radical price (Gratis: El futuro de un precio radical). Allí argumenta que la gratuidad es la mejor herramienta de marketing, y que hay una barrera psicológica que impide que audiencias acostumbradas a consumir noticias gratis, comiencen a pagar por ellas.