Coca Cola y el agua potable



En los países desarrollados, los problemas del agua están relacionados con la escasez del recurso. Más de 1.100 millones de personas, el equivalente al 18% de la población mundial, encuentra dificultades para abastecerse de agua. El Día Mundial del Agua (que la ONU fijó para cada 22 de marzo), hizo énfasis este año en los problemas de saneamiento.

En los países en vías de desarrollo y subdesarrollados, no basta con solucionar la disponibilidad de agua corriente. Igual de importante es el tratamiento del agua para que pueda ser reutilizada, por ejemplo, en el riego. Uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por Naciones Unidas es reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y a la sanidad básica en 2025.

Coca-Cola, a través de la Fundación Coca-Cola para África, y la Agencia de Desarrollo Internacional de USA (Usaid, en sus siglas en inglés) pusieron en marcha en 2005 un programa denominado Alianza para el Agua y el Desarrollo (Wada, en inglés) que, con una inversión de US$ 13,8 millones hasta 2010, pretende mejorar la calidad del agua en zonas deprimidas de 14 países (12 de ellos en África). El objetivo es mejorar la calidad de vida de 250.000 personas.

Egipto es uno de los países seleccionados por la Alianza para el Agua, ya que la contaminación del recurso genera importantes limitaciones de uso (el 80% del agua utilizada vuelve al entorno contaminada).

En las ciudades egipcias, el 90% de la población tiene acceso a agua potable; mientras que en las áreas rurales, donde viven alrededor de 40 millones de personas, sólo el 4% de los habitantes cuentan con este bien.

La alianza entre Coca-Cola y Usaid, junto con Unicef, la consultora International Resources Group (IRG) y el Gobierno egipcio, pretende mejorar la calidad del agua y su reutilización en dos áreas rurales del país (Gharbiya y Qena) donde habitan alrededor de 80.000 personas.

Para ello, se instalarán unas plantas de saneamiento con un coste de US$ 100.000 por unidad y un mantenimiento muy sencillo. Uno de los pueblos de la zona de Gharbiya, donde hacia diciembre entrará en funcionamiento una de estas plantas es Shubraqas, en un terreno de cultivo cedido por los vecinos y próximo a un canal que se encuentra muy contaminado, con vertidos agrícolas y aguas fecales sin tratar.

Aunque la conexión al servicio de tratamiento tendrá un coste de 275 libras egipcias (casi US$ 50), los habitantes del pueblo como Al Mohammid Fat-hi afirman que "están dispuestos a abonarse si el servicio es bueno". Llegar a este convencimiento básico para garantizar la continuidad y viabilidad del proyecto en el futuro ha requerido un arduo trabajo por parte de los promotores.

Los beneficios de una planta de tratamiento de agua pueden ya apreciarse en la villa de Senbo, también en la zona de Gharbiya. Desde hace dos años, cuenta con una planta a la que están conectadas 1.500 familias, aunque puede dar servicio a 17.000 habitantes. Desde su entrada en funcionamiento, las enfermedades relacionadas con el agua, como la diarrea, en las proximidades de la planta se han reducido prácticamente a cero, cuando anteriormente se encontraba afectada casi un 50% de la población.

A la vez, Coca-Cola tiene entre sus objetivos promover un uso eficiente del recurso entre sus embotelladores. La planta de Kalioub, en El Cairo, no es una excepción. En esta instalación se ha logrado reducir la cantidad necesaria de agua para producir un litro de refresco de 3,8 litros a 3 litros.

En el mundo, la media para producir 1 litro de Coca-Cola es de 2,5 litros de agua, aunque Europa está por debajo de la media mundial, con 2,1 litros. La planta de Kalioub cuenta además con una planta de tratamiento de agua, diariamente procesa 600 metros cúbicos.

Del total, 200 metros cúbicos se destinan a la producción de las bebidas y otros 100 se reutilizan internamente dentro de la planta. Los 300 metros cúbicos restantes se vierten a la red pública de saneamiento.

El objetivo de Coca-Cola es que en 2010 todas las plantas embotelladoras del mundo cuenten con un sistema de tratamiento de agua, siempre y cuando no sea posible conectarse al sistema público, como ocurre en los países desarrollados.

La Fundación Coca-Cola para África, creada en 2001, ha invertido hasta el pasado año US$ 5,5 millones en proyectos medioambientales, donde se incluye la mejora de la calidad del agua. Este año, prevé invertir US$ 2,3 millones más.

La organización también aborda proyectos educativos a los que ha destinado US$ 7,75 millones, mientras que a la mejora de la salud asignó US$ 5,5 millones. La fundación promueve asimismo el acceso a oportunidades laborales, con un presupuesto de US$ 2 millones.