Táctica y estrategia de la papa

La suba del precio de la papa, no es la causa de la inflación sino uno de sus múltiples efectos.
En el imaginario colectivo la inflación se traduce en el precio de la papa.

¿Qué debe hacer entonces un estadista? Incentivar las inversiones para que la oferta y la demanda de los bienes de la economía se equilibren, logrando de un lado el aumento de la oferta y, del otro, el descenso ya no forzado sino natural de los precios en medio de una economía en dirección de la abundancia. El problema es que este proceso sólo puede lograrse en el mediano plazo, mientras los reclamos inmediatos de los castigados asalariados y consumidores se multiplican en lo inmediato, con el consiguiente costo electoral para los gobernantes.

Lo que se hace es controlar como sea los precios para aliviar la tensión, dejándoles a sus sucesores un problema mayor que el que ellos mismos han heredado.


Castigar los efectos de la inflación sin erradicar sus causas es, así, el falso remedio al que se acude en la Argentina. Esto es desinversión, baja en la calidad del servicio, falta de bienes, y mas suba en los precios por la persisitencia en la puja de la demanda y su correlato negativo en la oferta.

"Soluciones" en el corto plazo y desastres en el largo, parece ser el nombre del juego en Argentina.
Los economistas planteamos el tema del desequilbrio entre la demanda de bienes y la oferta, los politicos piensan en el precio de la papa en el mostrador porque tienen que pensar en términs de su cliente el votante, entender lo que sienten ellos y esta bien que asi sea, auqneu esto suene una apología de la demagogia. Pero pensar en mediano plazo, es ser estadista, y también es ponerse en la piel de doña Rosa que va a la verdulería.

Podrá alguien venir y plantear, que en 20 años la Argentina sea España? para ello habrá que pensar un poco en el mediano plazo.